lunes, 2 de mayo de 2011

08/05/2011 - 3º Domingo de Pascua (A)

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8 de mayo de 2011

Homilias de José Antonio Pagola

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- Jesús de Nazaret hoy

3º Domingo de Pascua (A)


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EVANGELIO

Lo reconocieron al partir el pan.

+ Lectura del santo evangelio según san Lucas 24, 13-35

Dos discípulos de Jesús iban andando aquel mismo día, el primero de la semana, a una aldea llamada Emaús, distante unas dos leguas de Jerusalén; iban comentando todo lo que había sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo.
Él les dijo:
-«¿Qué conversación es esa que traéis mientras vais de camino?»
Ellos se detuvieron preocupados. Y uno de ellos, que se llamaba Cleofás, le replicó:
-«¿Eres tú el único forastero en Jerusalén, que no sabes lo que ha pasado allí estos días?»
El les preguntó:
-«¿Qué?»
Ellos le contestaron:
-«Lo de Jesús, el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo; cómo lo entregaron los sumos sacerdotes y nuestros jefes para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él fuera el futuro liberador de Israel. Y ya ves: hace dos días que sucedió esto. Es verdad que algunas mujeres de nuestro grupo nos han sobresaltado: pues fueron muy de mañana al sepulcro, no encontraron su cuerpo, e incluso vinieron diciendo que habían visto una aparición de ángeles, que les habían dicho que estaba vivo. Algunos de los nuestros fueron también al sepulcro y lo encontraron como habían dicho las mujeres; pero a él no lo vieron.»
Entonces Jesús les dijo:
¡Qué necios y torpes sois para creer lo que anunciaron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto para entrar en su gloria? »
Y, comenzando por Moisés y siguiendo por los profetas, les explicó lo que se refería a él en toda la Escritura.
Ya cerca de la aldea donde iban, él hizo ademán de seguir adelante; pero ellos le apremiaron, diciendo:
-«Quédate con nosotros, porque atardece y el día va de caída.»
Y entró para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero él desapareció.
Ellos comentaron:
-«¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?»
Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, que estaban diciendo:
-«Era verdad, ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón.»
Y ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.

Palabra de Dios.

HOMILIA

2010-2011 -
8 de mayo de 2011


RECORDAR MÁS A JESÚS

El relato de los discípulos de Emaús nos describe la experiencia vivida por dos seguidores de Jesús mientras caminan desde Jerusalén hacia la pequeña aldea de Emaús, a ocho kilómetros de distancia de la capital. El narrador lo hace con tal maestría que nos ayuda a reavivar también hoy nuestra fe en Cristo resucitado.

Dos discípulos de Jesús se alejan de Jerusalén abandonando el grupo de seguidores que se ha ido formando en torno a él. Muerto Jesús, el grupo se va deshaciendo. Sin él, no tiene sentido seguir reunidos. El sueño se ha desvanecido. Al morir Jesús, muere también la esperanza que había despertado en sus corazones. ¿No está sucediendo algo de esto en nuestras comunidades? ¿No estamos dejando morir la fe en Jesús?...

José Antonio Pagola

HOMILIA

2007-2008 - RECREADOS POR JESÚS
6 de abril de 2008


DOS EXPERIENCIAS CLAVE

Se puso a caminar con ellos.

Al pasar los años, en las comunidades cristianas se fue planteando espontáneamente un problema muy real. Pedro, María Magdalena y los demás discípulos habían vivido unas experiencias muy «especiales» de encuentro con Jesús vivo después de su muerte. Unas experiencias que a ellos los llevaron a «creer» en Jesús resucitado. Pero los que se acercaron más tarde al grupo de seguidores, ¿cómo podían despertar y alimentar esa misma fe?
Éste es también hoy nuestro problema. Nosotros no hemos vivido el encuentro con el resucitado que vivieron los primeros discípulos. ¿Con qué experiencias podemos contar nosotros? Esto es lo que plantea el relato de los discípulos de Emaús…

José Antonio Pagola

HOMILIA

2004-2005 – AL ESTILO DE JESÚS
10 de abril de 2005


TODO O NADA

Se puso a caminar con ellos.

Camino de Emaús dos discípulos marchan con aire entristecido. No tienen mcta ni objetivo. Su esperanza se ha apagado. Jesús ha desaparecido de sus vidas. Hablan y discuten sobre él, pero, cuando se les acerca lleno de vida, sus ojos «no son capaces de reconocerlo».
Jesús los había imaginado de otra manera, al enviarlos de dos en dos: llenos de vida, contagiando paz en cada casa, aliviando el sufrimiento, curando la vida y anunciando a todos que Dios está cerca y se preocupa de nosotros…

José Antonio Pagola

HOMILIA

2001-2002 – CON FUEGO
14 de abril de 2002


Título

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José Antonio Pagola

HOMILIA

1998-1999 – FUERZA PARA VIVIR
18 de abril de 1999


RECUPERAR LA ESPERANZA

Se puso a caminar con ellos.

Los relatos pascuales nos descubren diversos caminos para encontramos con el Resucitado. El relato de Emaús es, quizás, el más significativo y, sin duda, el más extraordinario.
La situación de los discípulos está bien descrita desde el comienzo, y refleja un estado de ánimo en el que se pueden encontrar los cristianos una y otra vez. Los discípulos poseen aparentemente todos los elementos necesarios para creer. Conocen los escritos del Antiguo Testamento, el mensaje de Jesús, su actuación y su muerte en la cruz. Han escuchado también el mensaje de la resurrección. Las mujeres les han comunicado su experiencia y les han confesado que «está vivo». Todo es inútil. Ellos siguen su camino envueltos en tristeza y desaliento. Todas las esperanzas puestas en Jesús se han desvanecido con el fracaso de la cruz…

José Antonio Pagola

HOMILIA

1995-1996 – SANAR LA VIDA
21 de abril de 1996


SIN HERENCIA RELIGIOSA

Se les abrieron los ojos y lo reconocieron.

Se ha dicho que «vivimos en la cultura de la experiencia como contrapuesta a la cultura de la obediencia» (Gallagher). Es así. La gente, sobre todo joven, sólo confía en lo que puede experimentar o vivir personalmente. Si hoy a bastantes les cuesta creer es sencillamente porque nunca han tenido una experiencia personal un poco viva de Dios.
Es significativo lo que está sucediendo en los jóvenes. Muchos de ellos están creciendo en medio de un «vacío religioso» desolador. James Mc Auley ha descrito de forma magistral la situación de los que él llama «la generación de los desheredados»…

José Antonio Pagola

HOMILIA

1992-1993 – CON HORIZONTE
25 de abril de 1993


A UN AGNOSTICO BEATO

Mientras conversaban y discutían,
Jesús en persona se acercó.


Amigo Andrés Aberasturi, he leído de un tirón tu libro «Dios y yo». Tengo que reconocer que el largo subtítulo, « Crónica sentimental de una relación codificada» ya me lo advertía. Pero, ¿qué quieres?, yo me había hecho la ilusión de asomarme a tu relación personal con Dios. Lo de sus codificadores me interesaba menos. Quería conocer el eco que el misterio de Dios podía encontrar en un hombre en el que percibo lucidez y ternura.
No has abierto en mi fe herida alguna. No te preocupes. Llega un momento en el que creer o no creer en Dios no depende tanto de lo que otros te puedan decir, sino de tu propia búsqueda. A estas alturas, ya sabemos que, puestos a «codificar» o «descodificar» a Dios, todos somos bastante «chapuzas»…

José Antonio Pagola

HOMILIA

1989-1990 – NUNCA ES TARDE
29 de abril de 1990


LA TENTACIÓN DE LA HUIDA

Se les abrieron los ojos.

No son pocos los que miran hoy a la Iglesia con pesimismo y desencanto. No es la que ellos desearían. Una Iglesia viva y dinámica, fiel a Jesucristo, comprometida realmente en construir una sociedad más humana.
La ven inmóvil y desfasada, excesivamente ocupada en defender una moral obsoleta que ya a pocos interesa, haciendo penosos esfuerzos por recuperar una credibilidad que parece encontrarse «bajo mínimos».
La perciben como una institución que está ahí casi siempre para acusar y condenar, pocas veces para ayudar e infundir esperanza en el corazón humano…

José Antonio Pagola

HOMILIA

1986-1987 – CONSTRUIR SOBRE LA ROCA
3 de mayo de 1987


NO CAMINAMOS SOLOS

Se puso a caminar con ellos.

Una de nuestras equivocaciones más graves es imaginar a Dios como un ser absolutamente distante, que dirige nuestra vida desde una lejanía infinita y no acertar a percibir nunca su presencia cercana y amistosa en el interior mismo de nuestra vida cotidiana.
Por otra parte, vivimos de manera tan apresurada y “ocupados» por tantas cosas que apenas nos queda tiempo ni espacio para detenernos a escuchar nuestro propio corazón.
La vida que llevamos no nos permite ser nosotros mismos. Volcados hacia ei exterior y consumidos por el trajín de cada día, se va atrofiando poco a poco nuestra “capacidad de Dios»…

José Antonio Pagola

HOMILIA

1983-1984 – BUENAS NOTICIAS
6 de mayo de 1984


¿QUE HA SIDO DE LA ALEGRIA?

¿No ardía nuestro corazón...

Los relatos pascuales nos hablan sin excepción de la alegría irreprimible que inunda el corazón de los creyentes al encontrarse con el resucitado.
Los discípulos de Emaús en «el viaje de vuelta de la desesperanza» sienten que su corazón arde y se ilumina con la presencia y compañía del Señor.
¿Dónde está hoy esa alegría pascual? ¿Qué ha sido de ella en esta Iglesia, a veces tan cansada y temerosa, como sociedad que hubiera dado ya lo mejor de sí misma y, exhausta de fuerzas, tratara de buscar apoyos diversos fuera de Aquel que la puede llenar de vigor y alegría nueva?...

José Antonio Pagola

HOMILIA

1980-1981 – APRENDER A VIVIR
3 de mayo de 1981


COMPAÑERO DE VIAJE

Se puso a caminar con ellos.

Los relatos pascuales más que insistir en el carácter prodigioso de las «apariciones» del Resucitado, nos descubren diversos caminos para encontrarnos con él.
El relato de Emaús es, quizás, el más significativo y, sin duda, el más extraordinario.
La situación de los discípulos está bien descrita desde el comienzo, y refleja un estado de ánimo en el que se pueden encontrar los cristianos una y otra vez…

José Antonio Pagola

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