lunes, 25 de abril de 2011

01/05/2011 - 2º Domingo de Pascua (A)

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1 de mayo de 2011

Homilias de José Antonio Pagola

No te pierdas:
- Jesús de Nazaret hoy

2º Domingo de Pascua (A)


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EVANGELIO

A los ocho días, llegó Jesús.

+ Lectura del santo evangelio según san Juan 20, 19-31

Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:
-«Paz a vosotros.»
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:
-«Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.»
Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo:
-«Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.»
Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían:
-«Hemos visto al Señor.»
Pero él les contestó:
-«Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo.»
A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo:
-«Paz a vosotros.»
Luego dijo a Tomás:
-«Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.»
Contestó Tomás:
-¡Señor Mío y Dios mío!
Jesús le dijo:
-¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto.
Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Estos se han escrito para que creas que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre.

Palabra de Dios.

HOMILIA

2010-2011 -
1 de Mayo de 2011


NUEVO INICIO

Aterrados por la ejecución de Jesús, los discípulos se refugian en una casa conocida. De nuevo están reunidos, pero ya no está Jesús con ellos. En la comunidad hay un vacío que nadie puede llenar. Les falta Jesús. No pueden escuchar sus palabras llenas de fuego. No pueden verlo bendiciendo con ternura a los desgraciados. ¿A quién seguirán ahora?
Está anocheciendo en Jerusalén y también en su corazón. Nadie los puede consolar de su tristeza. Poco a poco, el miedo se va apoderando de todos, pero no le tienen a Jesús para que fortalezca su ánimo. Lo único que les da cierta seguridad es «cerrar las puertas». Ya nadie piensa en salir por los caminos a anunciar el reino de Dios y curar la vida. Sin Jesús, ¿cómo van a contagiar su Buena Noticia?...

José Antonio Pagola

HOMILIA

2007-2008 - RECREADOS POR JESÚS
30 de marzo de 2008


NO OCULTAR AL RESUCITADO

Se llenaron de alegría al ver al Señor.

María de Magdala ha comunicado a los discípulos su experiencia y les ha anunciado que Jesús vive, pero ellos siguen encerrados en una casa con las puertas atrancadas por miedo a los judíos. El anuncio de la resurrección no disipa sus miedos. No tiene fuerza para despertar su alegría.
El evangelista evoca en pocas palabras su desamparo en medio de un ambiente hostil. Va a «anochecer». Su miedo los lleva a cerrar bien todas las puertas. Sólo buscan seguridad. Es su única preocupación. Nadie piensa en la misión recibida de Jesús…

José Antonio Pagola

HOMILIA

2004-2005 – AL ESTILO DE JESÚS
3 de abril de 2005

ALIENTO NUEVO

Exhaló su aliento sobre ellos.

Nadie sabe cómo ocurrió. Los primeros discípulos sólo nos dicen que, a partir de su resurrección, las cosas no volvieron a ser como antes. Experimentaban a Jesús de otra manera. Su presencia no era como en Galilea, pero era igualmente real y transformadora. Su vida también se transformó. En adelante vivirían de su Espíritu.
Lo primero que el resucitado les transmitía era una paz nueva e inconfundible. Una paz que curó su miedo y lo transformó en alegría. Tal vez, es lo primero que necesitamos en la Iglesia. Una paz que nos libere de los miedos que nos paralizan. Una paz que no la vamos a encontrar buscando poder y seguridad sino acogiendo el Espíritu de Jesús…

José Antonio Pagola

HOMILIA

2001-2002 – CON FUEGO
7 de abril de 2002


Título

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José Antonio Pagola

HOMILIA

1998-1999 – FUERZA PARA VIVIR
11 de abril de 1999


¿SERÁ VERDAD?

No seas incrédulo, sino creyente.

Pocos meses antes de morir, J. P Sartre hacía esta confesión en una entrevista concedida al diario Le Monde: «Ante ese amasijo miserable que forma nuestro planeta, vuelve a atormentarme la desesperación; es la idea de que todo se acabará, de que sólo existen fines particulares por los que luchar... no hay un objetivo humano..., no hay más que desorden.»
Estas palabras no recogen sólo el testamento pesimista del célebre filósofo francés. Expresan bien la sensación de no pocos hombres y mujeres de nuestros días. Yo mismo las he escuchado en conversaciones confidenciales: «No sé si hay Dios o no, pero tengo la sensación de que todo se acaba con la muerte. Es una pena. Quisiera creer otra cosa, pero no puedo. No sé quién me podrá convencer de lo contrario.»…

José Antonio Pagola

HOMILIA

1995-1996 – SANAR LA VIDA
14 de abril de 1996


ESCUCHAR LA INVITACIÓN

No seas incrédulo, sino creyente.

El relato evangélico es breve y conciso. Jesús resucitado se dirige a Tomás con unas palabras que tienen mucho de invitación amorosa, pero también de llamada apremiante. «No seas incrédulo, sino creyente.» Tomás responde con la confesión de fe más solemne de todo el Nuevo Testamento: «Señor mío y Dios mío.»
¿Qué recorrido interior ha hecho este hombre hasta entonces dubitativo y vacilante? ¿Cómo se camina desde la resistencia y la duda hasta la confianza? La pregunta no es superflua, pues, más tarde o más temprano, de forma totalmente inesperada o como fruto de un proceso interior, todos podemos escuchar más o menos claramente la misma invitación: «No seas incrédulo, sino creyente. »…

José Antonio Pagola

HOMILIA

1992-1993 – CON HORIZONTE
18 de abril de 1993


¿POR QUE NO LA REENCARNACION?

Dichosos los que crean sin haber visto.

Al parecer, se va extendiendo en Occidente la seducción por la creencia en la «reencarnación». Basta ojear estudios sociológicos para comprobar que son cada vez más los que se sienten atraídos por ella. ¿Por qué se va a jugar todo a una carta? ¿No sería más razonable contar con una segunda oportunidad o con todas las que haga falta, para irnos purificando a través de vidas sucesivas hasta alcanzar la salvación?
A decir verdad, es difícil encontrar entre nosotros la concepción original de la «reencarnación» en su pureza hindú, budista o jainita. Se trata más bien de versiones indefinidas y hasta desfiguradas a veces por otras corrientes esotéricas (influencia de los muertos en nuestra vida, etc.). En algún programa reciente de TV se pretendía, incluso, probar «científicamente» la reencarnación, en la línea de los doctores Stevenson y Noworocki…

José Antonio Pagola

HOMILIA

1989-1990 – NUNCA ES TARDE
22 de abril de 1990

PASCUA SIGNIFICA «PASO»

Se llenaron de alegría.

Pascua es una palabra de origen semita que proviene del arameo «pasha» (en hebreo «pesah»). Su significado original es discutido. Probablemente significa «paso», «tránsito» y con este sentido es empleada en diversos escritos judíos.
En cualquier caso, las primeras generaciones cristianas han entendido la Pascua como «el paso» de Cristo de la muerte a la vida, que nos invita también a nosotros a «pasar» de una vida vieja y gastada a una vida renovada.
Por eso, Pascua no es sólo una fiesta que se celebra de manera litúrgica. La resurrección de Cristo se celebra, sobre todo, en nosotros mismos, resucitando a una vida nueva. Para los primeros cristianos, la resurrección de Cristo encierra una energía capaz de transformar la existencia llenándola de nueva vitalidad…

José Antonio Pagola

HOMILIA

1986-1987 – CONSTRUIR SOBRE LA ROCA
16 de abril de 1987


LA ALEGRIA DE PODER CAMBIAR

La paz con vosotros.

Con frecuencia olvidamos que el encuentro de los discípulos con el resucitado ha sido fundamentalmente “una experiencia de perdón».
Aquellos hombres son conscientes de su infidelidad al Maestro. Lo han abandonado en el momento decisivo. Por eso, la tristeza que los invade no es sólo el dolor de haber perdido al amigo cercano y querido, sino la tristeza del que se siente culpable. Esa tristeza que tan bien conocemos todos los hombres.
Los relatos subrayan una y otra vez el saludo repetido del resucitado: La paz con vosotros». Los discípulos se sienten perdonados y readmitidos de nuevo a la amistad y la comunión con Jesús. Este es el núcleo de su experiencia pascual…

José Antonio Pagola

HOMILIA

1983-1984 – BUENAS NOTICIAS
29 de abril de 1984


LA AMNISTIA DEL RESUCITADO

La paz con vosotros.

Ha sido E. Schillebeeckx quien nos ha recordado recientemente que el encuentro con el resucitado ha sido una «experiencia de perdón». Los discípulos han experimentado al resucitado como alguien que los perdona y les ofrece paz y salvación.
Ninguna alusión al abandono de los suyos. Ningún reproche por la cobarde traición. Ningún gesto de exigencia para reparar la injuria. Las apariciones significan una verdadera «amnistía» en el sentido etimológico de esta palabra: olvido total de la ofensa recibida.
Los relatos insisten en que el saludo del resucitado es siempre de paz y reconciliación: «Paz a vosotros». Y es precisamente este perdón pacificador y esta oferta de salvación los que ponen una alegría y una esperanza nuevas en la vida de los discípulos…

José Antonio Pagola

HOMILIA

1980-1981 – APRENDER A VIVIR
26 de abril de 1981


DEL DESENCANTO A LA PAZ

Paz a vosotros.

Pocas cosas podemos afirmar con seguridad sobre las experiencias vividas por los primeros discípulos, al encontrarse con el Resucitado. Pero, sin temor a equivocarnos, podemos decir que fue una experiencia que los llenó de paz. Así lo subrayan casi sin excepción, todas. las tradiciones conservadas entre los primeros creyentes.
Aquel grupo desconcertado de hombres y mujeres, decepcionados en lo más íntimo de sus convicciones, rotas sus esperanzas más pro. fundas, angustiados por el fracaso de su líder más querido, impotentes para dar ya un sentido a nuevos proyectos de vida, va a encontrar en Jesús una fuerza y una paz que los liberará del desencanto…

José Antonio Pagola

lunes, 18 de abril de 2011

24/04/2011 - Domingo de Pascua (A)

Inicio ..... Ciclo A ..... Ciclo B ..... Ciclo C ..... Euskera

24 de abril de 2011

Homilias de José Antonio Pagola

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- Jesús de Nazaret hoy

Domingo de Pascua (A)


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EVANGELIO

Él había de resucitar de entre los muertos.

+ Lectura del santo evangelio según san Juan 20, 1-9

El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro.
Echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien tanto quería Jesús, y les dijo:
-«Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto. »
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; y, asomándose, vio las vendas en el suelo; pero no entró.
Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio las vendas en el suelo y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte.
Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó.
Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos.

Palabra de Dios.

HOMILIA

2010-2011 -
24 de abril de 2011


JESÚS TENÍA RAZÓN

¿Qué sentimos los seguidores de Jesús cuando nos atrevemos a creer de verdad que Dios ha resucitado a Jesús? ¿Qué vivimos mientras seguimos caminando tras sus pasos? ¿Cómo nos comunicamos con él cuando lo experimentamos lleno de vida?
Jesús resucitado, tenías razón. Es verdad cuanto nos has dicho de Dios. Ahora sabemos que es un Padre fiel, digno de toda confianza. Un Dios que nos ama más allá de la muerte. Le seguiremos llamando "Padre" con más fe que nunca, como tú nos enseñaste. Sabemos que no nos defraudará.
Jesús resucitado, tenías razón. Ahora sabemos que Dios es amigo de la vida. Ahora empezamos a entender mejor tu pasión por una vida más sana, justa y dichosa para todos. Ahora comprendemos por qué anteponías la salud de los enfermos a cualquier norma o tradición religiosa. Siguiendo tus pasos, viviremos curando la vida y aliviando el sufrimiento. Pondremos siempre la religión al servicio de las personas…

José Antonio Pagola

HOMILIA

2007-2008 - RECREADOS POR JESÚS
23 de marzo de 2008


LAS CICATRICES DEL RESUCITADO

… que él había de resucitar.

«Vosotros lo matasteis, pero Dios lo resucitó». Esto es lo que predican con fe los discípulos de Jesús por las calles de Jerusalén a los pocos días de su ejecución. Para ellos, la resurrección es la respuesta de Dios a la acción injusta y criminal de quienes han querido callar para siempre su voz y anular de raíz su proyecto de un mundo más justo.
No lo hemos de olvidar jamás. En el corazón de nuestra fe hay un crucificado al que Dios le ha dado la razón. En el centro mismo de la Iglesia hay una víctima a la que Dios ha hecho justicia. Una vida «crucificada», pero motivada y vivida con el espíritu de Jesús, no terminará en fracaso sino en resurrección…

José Antonio Pagola

HOMILIA

2004-2005 – AL ESTILO DE JESÚS
27 de marzo de 2005


CONFIANZA

… que él había de resucitar.

La «confianza» es una palabra humilde, sencilla, natural, pero es al mismo tiempo una de las mas esenciales para vivir. Sin confianza no hay amor, no hay fe, no hay vida. Sin confianza «caminamos solos, aislados en una especie de “túnel” construido con nuestros problemas, nuestras preocupaciones y nuestras inquietudes» (O. Clement).
A veces se olvida que Pascua es, antes que nada, la fiesta de la confianza. Ahora sabemos en manos de quién estamos. Nuestra vida, creada por Dios con amor infinito, no se pierde en la muerte. Todos estamos englobados en el misterio de la resurrección de Cristo. No hay nadie que no este incluido en ese destino último de vida plena…

José Antonio Pagola

HOMILIA

2001-2002 – CON FUEGO
31 de marzo de 2002


Título

(No se encuentra)

José Antonio Pagola

HOMILIA

1998-1999 – FUERZA PARA VIVIR
4 de abril de 1999


RECUPERAR AL RESUCITADO

Había de resucitar de entre los muertos.

Para no pocos cristianos, la Resurrección de Jesús es sólo un hecho del pasado. Algo que le sucedió al muerto Jesús después de ser ejecutado en las afueras de Jerusalén hace aproximadamente dos mil años. Un acontecimiento, por tanto, que on el paso del tiempo se aleja cada vez más de nosotros perdiendo fuerza para influir en el presente.
Para otros, la Resurrección de Cristo es, ante todo, un dogma que hay que creer y confesar. Una verdad que está en el Credo como otras verdades de fe, pero cuya eficacia real no se sabe muy bien en qué pueda consistir. Son cristianos que tienen fe, pero no conocen «la fuerza de la fe»; no saben por experiencia lo que es vivir fundamentando la vida en el Resucitado…

José Antonio Pagola

HOMILIA

1995-1996 – SANAR LA VIDA
7 de abril de 1996


EL CORAZÓN DEL MUNDO

Había de resucitar de entre los muertos.

La Pascua no es la celebración de un acontecimiento aislado que sucedió hace muchos años. No se canta el aleluya sólo porque «algo debió de ocurrir» después de la crucifixión de Jesús. Es mucho más. La resurrección de Cristo ha decidido el final glorioso de todo. Resucitando a Jesús, Dios ha iniciado algo que ahora mismo está sucediendo: el movimiento del mundo entero hacia la vida eterna.
Por eso, la Pascua no es propiamente una «fiesta exclusiva» para cristianos. Algo que afecta sólo a la Iglesia. Es el hecho más decisivo para la humanidad. Un acontecimiento universal que lo orienta y arrastra todo hacia la salvación…

José Antonio Pagola

HOMILIA

1992-1993 – CON HORIZONTE
11 de abril de 1993


AFIRMAR LA VIDA

Había de resucitar de entre los muertos.

Hace algunos días, después de una conferencia sobre la resurrección de Cristo, una persona pidió la palabra para decirme más o menos lo siguiente: «Después de la resurrección de Cristo, la historia de los hombres ha proseguido como siempre. Nada ha cambiado. ¿Para qué sirve entonces creer que Cristo ha resucitado? ¿En qué puede cambiar mi vida de hoy?»
Yo sé que no es fácil transmitir a otro la propia experiencia de fe. ¿Cómo se le explica con palabras la luz interior, la esperanza, la dinámica que genera el vivir apoyado radicalmente en Cristo resucitado? Pero es bueno que los creyentes expongamos desde dónde vivimos la vida…

José Antonio Pagola

HOMILIA

1989-1990 – NUNCA ES TARDE
15 de abril de 1990


LA FIESTA DE LAS FIESTAS

Había de resucitar
de entre los muertos.


Así se llama a la Pascua en una antigua liturgia oriental. «Fiesta de las fiestas» porque sólo en ella se puede fundar toda otra fiesta verdadera.
De hecho, si no hay resurrección, la muerte seguirá teniendo la última palabra, y las fiestas de los hombres terminarán tarde o temprano en el sabor amargo de una muerte que está siempre ahí, amenazándolo todo.
No nos resulta hoy fácil evocar el júbilo indescriptible y la exaltación gozosa con que han vivido la Pascua las primeras generaciones cristianas. Los cantos y aleluyas, la música y hasta la danza se suman a la fiesta. Según Hipólito de Roma, el propio Resucitado es «el primer bailarín» y la Iglesia su «novia que danza con él»…

José Antonio Pagola

HOMILIA

1986-1987 – CONSTRUIR SOBRE LA ROCA
19 de abril de 1987


LA FIESTA DE LA VIDA

Había de resucitar de entre los muertos.

La Pascua no es la celebración de un acontecimiento pasado que cada año que transcurre queda un poco más lejos de nosotros. Los creyentes celebramos hoy al resucitado que VIVE ahora llenando de vida la historia de los hombres.
Creer en Cristo resucitado no es solamente creer en algo que le sucedió al muerto Jesús. Es saber escuchar hoy desde lo más hondo de nuestro ser estas palabras: “No tengas miedo, soy yo, el que vive. Estuve muerto pero ahora estoy vivo por los siglos de ‘os siglos” (Ap 1, 17-18).
Cristo resucitado vive ahora penetrándolo todo de su energía vital. De manera oculta pero real va impulsando nuestras vidas hacia la plenitud final. El es “la ley secreta” que dirige la marcha de todo hacia la Vida. El es «el corazón del mundo” según la bella expresión de K. Rahner…

José Antonio Pagola

HOMILIA

1983-1984 – BUENAS NOTICIAS
22 de abril de 1984


AMENAZADOS DE RESURRECCIÓN

Él había resucitado de entre los muertos.

Cada vez es más intenso el afán de todos por estrujar la vida, reduciéndola al disfrute intenso e ¡limitado del presente. Es la consigna que encuentra cada vez más adictos: «Lo queremos todo y lo queremos ahora».
No dominamos el porvenir y, por ello; es cada vez más tentador vivir sin futuro, actuar sin proyectos, organizar sólo el presente. La incertidumbre de un futuro demasiado oscuro parece empujarnos a vivir el instante presente de manera absoluta y sin horizonte.
No parece ya tan importantes los valores, los criterios de actuación o la construcción del mañana. El mañana todavía no existe. Hay que vivir el presente…

José Antonio Pagola

HOMILIA

1980-1981 – APRENDER A VIVIR
19 de abril de 1981


CREER EN EL RESUCITADO

No habían entendido que él
había de resucitar de entre los muertos.


«No puedo ni imaginarme creyente de ninguna fórmula verbal». En estos términos se expresa el célebre psiquíatra escocés Renald Laing. Y es cierto que la fe es mucho más que la mera aseveración de una fórmula.
Esta mañana de Pascua nos debe recordar que la fe en Jesucristo resucitado es mucho más que el asentimiento a una fórmula del credo. Incluso, mucho más que la afirmación de algo extraordinario que le aconteció al muerto Jesús hace aproximadamente dos mil años.
Creer en el Resucitado es creer que ahora Cristo está vivo, lleno de fuerza y creatividad, impulsando la vida hacia su último destino y liberando a la humanidad de caer en el caos definitivo…

José Antonio Pagola

lunes, 11 de abril de 2011

17/04/2011 - Domingo de Ramos en la Pasión del Señor (A)

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17 de abril de 2011

Homilias de José Antonio Pagola

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- Jesús de Nazaret hoy

Domingo de Ramos en la Pasión del Señor (A)


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EVANGELIO

Pasión de nuestro Señor Jesucristo.

+ Pasión de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 26, 14-27, 66

¿Qué estáis dispuestos a darme, si os lo entrego?

C. En aquel tiempo, uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a los sumos sacerdotes y les propuso:
D. -«¿Qué estáis dispuestos a darme, si os lo entrego?»
C. Ellos se ajustaron con él en treinta monedas. Y desde entonces andaba buscando ocasión propicia para entregarlo.

¿Dónde quieres que te preparemos la Pascua?

C. El primer día de los Ázimos se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron:
D. -«¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?»
C. Él contestó
+ -«Id a la ciudad, a casa de Fulano, y decidle: "El Maestro dice: Mi momento está cerca; deseo celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos."»
C. Los discípulos cumplieron las instrucciones de Jesús y prepararon la Pascua.

Uno de vosotros me va a entregar.

C. Al atardecer se puso a la mesa con los Doce. Mientras comían dijo:
+ -«Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar.»
C. Ellos, consternados, se pusieron a preguntarle uno tras otro:
D. -«¿Soy yo acaso, Señor?»
C. Él respondió:
+ -«El que ha mojado en la misma fuente que yo, ése me va a entregar. El Hijo del hombre se va, como está escrito de él; pero, ¡ay del que va a entregar al Hijo del hombre!; más le valdría no haber nacido. »
C. Entonces preguntó Judas, el que lo iba a entregar:
D. -«¿Soy yo acaso, Maestro?»
C. Él respondió:
+ -«Tú lo has dicho.»

Esto es mi cuerpo. Ésta es mi sangre.

C. Durante la cena, Jesús cogió pan, pronunció la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo:
+ -«Tornad, comed: esto es mi cuerpo.»
C. Y, cogiendo una copa, pronunció la acción de gracias y se la dio diciendo:
+ -«Bebed todos; porque ésta es mi sangre, sangre de la alianza, derramada por todos para el perdón de los pecados. Y os digo que no beberé más del fruto de la vid, hasta el día que beba con vosotros el vino nuevo en el reino de mi Padre. »
C. Cantaron el salmo y salieron para el monte de los Olivos.

Heriré al pastor, y se dispersarán las ovejas del rebaño.

C. Entonces Jesús les dijo:
+ -«Esta noche vais a caer todos por mi causa, porque está escrito: "Heriré al pastor, y se dispersarán las ovejas del rebaño." Pero cuando resucite, iré antes que vosotros a Galilea.»
C. Pedro replicó:
D. -«Aunque todos caigan por tu causa, yo jamás caeré.»
C. Jesús le dijo:
+ -«Te aseguro que esta noche, antes que el gallo cante, me negarás tres veces.»
C . Pedro le replicó:
D. -«Aunque tenga que morir contigo, no te negaré. »
C. Y lo mismo decían los demás discípulos.

Empezó a entristecerse y a angustiarse

C. Entonces Jesús fue con ellos a un huerto, llamado Getsemaní, y les dijo:
+ -«Sentaos aquí, mientras voy allá a orar.»
C. Y, llevándose a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, empezó a entristecerse y a angustiarse.
Entonces dijo:
+ -«Me muero de tristeza: quedaos aquí y velad conmigo.»
C. Y, adelantándose un poco, cayó rostro en tierra y oraba diciendo:
+ -«Padre mío, si es posible, que pase y se aleje de mí ese cáliz. Pero no se haga lo que yo quiero, sino lo que tú quieres.»
C. Y se acercó a los discípulos y los encontró dormidos.
Dijo a Pedro:
+ -«¿No habéis podido velar una hora conmigo? Velad y orad para no caer en la tentación, pues el espíritu es decidido, pero la carne es débil. »
C. De nuevo se apartó por segunda vez y oraba diciendo:
+ -«Padre mío, si este cáliz no puede pasar sin que yo lo beba, hágase tu voluntad.»
C. Y, viniendo otra vez, los encontró dormidos, porque tenían los ojos cargados. Dejándolos de nuevo, por tercera vez oraba, repitiendo las mismas palabras.
Luego se acercó a sus discípulos y les dijo:
+ -«Ya podéis dormir y descansar. Mirad, está cerca la hora, y el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los pecadores. ¡Levantaos, vamos! Ya está cerca el que me entrega.»

Echaron mano a Jesús para detenerlo.

C. Todavía estaba hablando, cuando apareció Judas, uno de los Doce, acompañado de un tropel de gente, con espadas y palos, mandado por los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo. El traidor les había dado esta contraseña:
D. -«Al que yo bese, ése es; detenedlo.»
C. Después se acercó a Jesús y le dijo:
D. -«¡Salve, Maestro!»
C. Y lo besó. Pero Jesús le contestó:
+ -«Amigo, ¿a qué vienes?»
C. Entonces se acercaron a Jesús y le echaron mano para detenerlo. Uno de los que estaban con él agarró la espada, la desenvainó y de un tajo le cortó la oreja al criado del sumo sacerdote.
Jesús le dijo:
+ -«Envaina la espada; quien usa espada, a espada morirá. ¿Piensas tú que no puedo acudir a mi Padre? Él me mandaría en seguida más de doce legiones de ángeles. Pero entonces no se cumpliría la Escritura, que dice que esto tiene que pasar.»
C. Entonces dijo Jesús a la gente:
+ -«¿Habéis salido a prenderme con espadas y palos, como a un bandido? A diario me sentaba en el templo a enseñar y, sin embargo, no me detuvisteis.»
C. Todo esto ocurrió para que se cumpliera lo que escribieron los profetas. En aquel momento todos los discípulos lo abandonaron y huyeron.

Veréis que el Hijo del hombre está sentado a la derecha del Todopoderoso.

C. Los que detuvieron a Jesús lo llevaron a casa de Caifás, el sumo sacerdote, donde se habían reunido los escribas y los ancianos. Pedro lo seguía de lejos, hasta el palacio del sumo sacerdote, y, entrando dentro, se sentó con los criados para ver en qué paraba aquello.
Los sumos sacerdotes y el sanedrín en pleno buscaban un falso testimonio contra Jesús para condenarlo a muerte y no lo encontraban, a pesar de los muchos falsos testigos que comparecían. Finalmente, comparecieron dos, que dijeron:
O. -«Éste ha dicho: "Puedo destruir el templo de Dios y reconstruirlo en tres días."»
C. El sumo sacerdote se puso en pie y le dijo:
O. -«¿No tienes nada que responder? ¿Qué son estos cargos que levantan contra ti?»
C. Pero Jesús callaba. Y el sumo sacerdote le dijo:
O. -«Te conjuro por Dios vivo a que nos digas si tú eres el Mesías, el Hijo de Dios.»
C. Jesús le respondió:
+ -«Tú lo has dicho. Más aún, yo os digo: Desde ahora veréis que el Hijo del hombre está sentado a la derecha del Todopoderoso y que viene sobre las nubes del cielo.»
C. Entonces el sumo sacerdote rasgó sus vestiduras, diciendo:
O. -«Ha blasfemado. ¿Qué necesidad tenemos ya de testigos? Acabáis de oír la blasfemia. ¿Qué decidís?»
C. Y ellos contestaron:
M. -«Es reo de muerte.»
C. Entonces le escupieron a la cara y lo abofetearon; otros lo golpearon, diciendo:
M. -«Haz de profeta, Mesías; ¿quién te ha pegado?»

Antes de que cante el gallo, me negarás tres veces

C. Pedro estaba sentado fuera en el patio, y se le acercó una criada y le dijo:
O. -«También tú andabas con Jesús el Galileo.»
C. Él lo negó delante de todos, diciendo:
D. -«No sé qué quieres decir.»
C. Y, al salir al portal, lo vio otra y dijo a los que estaban allí:
O. -«Éste andaba con Jesús el Nazareno.»
C. Otra vez negó él con juramento:
D. -«No conozco a ese hombre.»
C. Poco después se acercaron los que estaban allí y dijeron a Pedro:
O. -«Seguro; tú también eres de ellos, te delata tu acento.»
C. Entonces él se puso a echar maldiciones y a jurar, diciendo:
D. -«No conozco a ese hombre.»
C. Y en seguida cantó un gallo. Pedro se acordó de aquellas palabras de Jesús: «Antes de que cante el gallo, me negarás tres veces.» Y, saliendo afuera, lloró amargamente.

Entregaron a Jesús a Pilato, el gobernador.

C. Al hacerse de día, todos los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo se reunieron para preparar la condena a muerte de Jesús. Y, atándolo, lo llevaron y lo entregaron a Pilato, el gobernador.

No es lícito echarlas en el arca de las ofrendas, porque son precio de sangre.

C. Entonces Judas, el traidor, al ver que habían condenado a Jesús, sintió remordimiento y devolvió las treinta monedas de plata a los sumos sacerdotes y ancianos, diciendo:
D. -«He pecado, he entregado a la muerte a un inocente.»
C. Pero ellos dijeron:
O. -«¿A nosotros qué? ¡Allá tú!»
C. Él, arrojando las monedas en el templo, se marchó; y fue y se ahorcó. Los sumos sacerdotes, recogiendo las monedas, dijeron:
O. -«No es lícito echarlas en el arca de las ofrendas, porque son precio de sangre.»
C. Y, después de discutirlo, compraron con ellas el Campo del Alfarero para cementerio de forasteros. Por eso aquel campo se llama todavía «Campo de Sangre». Así se cumplió lo escrito por Jeremías, el profeta:
«Y tomaron las treinta monedas de plata, el precio de uno que fue tasado, según la tasa de los hijos de Israel, y pagaron con ellas el Campo del Alfarero, como me lo había ordenado el Señor.»

¿Eres tú el rey de los judíos?

C. Jesús fue llevado ante el gobernador, y el gobernador le preguntó:
O. -«¿Eres tú el rey de los judíos?»
C. Jesús respondió:
+ -«Tú lo dices.»
C. Y, mientras lo acusaban los sumos sacerdotes y los ancianos, no contestaba nada. Entonces Pilato le preguntó:
O. -«¿No oyes cuántos cargos presentan contra fi?»
C. Como no contestaba a ninguna pregunta, el gobernador estaba muy extrañado. Por la fiesta, el gobernador solía soltar un preso, el que la gente quisiera. Había entonces un preso famoso, llamado Barrabás. Cuando la gente acudió, les dijo Pilato:
O. -«¿A quién queréis que os suelte, a Barrabás o a Jesús, a quien llaman el Mesías? »
C. Pues sabía que se lo habían entregado por envidia. Y, mientras estaba sentado en el tribunal, su mujer le mandó a decir:
O. -«No te metas con ese justo, porque esta noche he sufrido mucho soñando con él.»
C. Pero los sumos sacerdotes y los ancianos convencieron a la gente que pidieran el indulto de Barrabás y la muerte de Jesús.
El gobernador preguntó:
O. -«¿A cuál de los dos queréis que os suelte?»
C. Ellos dijeron:
M. -«A Barrabás. »
C . Pilato les preguntó:
O. -«¿Y qué hago con Jesús, llamado el Mesías?»
C. Contestaron todos:
M. -«Que lo crucifiquen.»
C. Pilato insistió:
O. -«Pues, ¿qué mal ha hecho?»
C. Pero ellos gritaban más fuerte:
M. -«¡Que lo crucifiquen!»
C. Al ver Pilato que todo era inútil y que, al contrario, se estaba formando un tumulto, tomó agua y se lavó las manos en presencia de la multitud, diciendo:
O. -«Soy inocente de esta sangre. ¡Allá vosotros!»
C. Y el pueblo entero contestó:
M. -«¡Su sangre caiga sobre nosotros y sobre nuestros hijos!»
C. Entonces les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de azotarlo, lo entregó para que lo crucificaran.

¡Salve, rey de los judíos!

C. Los soldados del gobernador se llevaron a Jesús al pretorio y reunieron alrededor de él a toda la compañía: lo desnudaron y le pusieron un manto de color púrpura y, trenzando una corona de espinas, se la ciñeron a la cabeza y le pusieron una caña en la mano derecha. Y, doblando ante él la rodilla, se burlaban de él, diciendo:
M. -«¡Salve, rey de los judíos!»
C. Luego le escupían, le quitaban la caña y le golpeaban con ella la cabeza. Y, terminada la burla, le quitaron el manto, le pusieron su ropa y lo llevaron a crucificar.

Crucificaron con él a dos bandidos.

C. Al salir, encontraron a un hombre de Cirene, llamado Simón, y lo forzaron a que llevara la cruz. Cuando llegaron al lugar llamado Gólgota (que quiere decir: «La Calavera»), le dieron a beber vino mezclado con hiel; él lo probó, pero no quiso beberlo. Después de crucificarlo, se repartieron su ropa, echándola a suertes, y luego se sentaron a custodiarlo. Encima de su cabeza colocaron un letrero con la acusación: «Éste es Jesús, el rey de los judíos». Crucificaron con él a dos bandidos, uno a la derecha y otro a la izquierda.

Si eres Hijo de Dios, baja de la cruz.

C. Los que pasaban lo injuriaban y decían, meneando la cabeza:
M. -«Tú que destruías el templo y lo reconstruías en tres días, sálvate a ti mismo; si eres Hijo de Dios, baja de la cruz.»
C. Los sumos sacerdotes con los escribas y los ancianos se burlaban también, diciendo:
O. -«A otros ha salvado, y él no se puede salvar. ¿No es el rey de Israel? Que baje ahora de la cruz, y le creeremos. ¿No ha confiado en Dios? Si tanto lo quiere Dios, que lo libre ahora. ¿No decía que era Hijo de Dios?»
C. Hasta los bandidos que estaban crucificados con él lo insultaban.

Elí, Elí, lamá sabaktaní.

C. Desde el mediodía hasta la media tarde, vinieron tinieblas sobre toda aquella región. A media tarde, Jesús gritó:
+ -«Elí, Elí, lamá sabaktaní.»
C. (Es decir: + -«Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?»)
C. Al oírlo, algunos de los que estaban por allí dijeron:
M. -«A Elías llama éste.»
C. Uno de ellos fue corriendo; en seguida, cogió una esponja empapada en vinagre y, sujetándola en una caña, le dio a beber.
Los demás decían:
M. -«Déjalo, a ver si viene Elías a salvarlo.»
C. Jesús dio otro grito fuerte y exhaló el espíritu.

Todos se arrodillan, y se hace una pausa.

C. Entonces, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; la tierra tembló, las rocas se rajaron. Las tumbas se abrieron, y muchos cuerpos de santos que habían muerto resucitaron. Después que él resucitó, salieron de las tumbas, entraron en la Ciudad santa y se aparecieron a muchos.
El centurión y sus hombres, que custodiaban a Jesús, el ver el terremoto y lo que pasaba, dijeron aterrorizados:
O. -«Realmente éste era Hijo de Dios.»
C. Había allí muchas mujeres que miraban desde lejos, aquellas que habían seguido a Jesús desde Galilea para atenderlo; entre ellas, María Magdalena y María, la madre de Santiago y José, y la madre de los Zebedeos.

José puso el cuerpo de Jesús en el sepulcro nuevo.

C. Al anochecer, llegó un hombre rico de Arimatea, llamado José, que era también discípulo de Jesús. Éste acudió a Pilato a pedirle el cuerpo de Jesús. Y Pilato mandó que se lo entregaran. José, tomando el cuerpo de Jesús, lo envolvió en una sábana limpia, lo puso en el sepulcro nuevo que se había excavado en una roca, rodó una piedra grande a la entrada del sepulcro y se marchó.
María Magdalena y la otra María se quedaron allí, sentadas enfrente del sepulcro.

Ahí tenéis la guardia: id vosotros y asegurad la vigilancia como sabéis.

C. A la mañana siguiente, pasado el día de la Preparación, acudieron en grupo los sumos sacerdotes y los fariseos a Pilato y le dijeron:
O. -«Señor, nos hemos acordado que aquel impostor, estando en vida, anunció: "A los tres días resucitaré." Por eso, da orden de que vigilen el sepulcro hasta el tercer día, no sea que vayan sus discípulos, roben el cuerpo y digan al pueblo: "Ha resucitado de entre los muertos." La última impostura sería peor que la primera.»
C. Pilato contestó:
O. -«Ahí tenéis la guardia: id vosotros y asegurad la vigilancia como sabéis. »
C. Ellos fueron, sellaron la piedra y con la guardia aseguraron la vigilancia del sepulcro.

Palabra de Dios.

HOMILIA

2010-2011 -
17 de abril de 2011


ESCÁNDALO Y LOCURA

Los primeros cristianos lo sabían. Su fe en un Dios crucificado sólo podía ser considerada como un escándalo y una locura. ¿A quién se le había ocurrido decir algo tan absurdo y horrendo de Dios? Nunca religión alguna se ha atrevido a confesar algo semejante.
Ciertamente, lo primero que todos descubrimos en el crucificado del Gólgota, torturado injustamente hasta la muerte por las autoridades religiosas y el poder político, es la fuerza destructora del mal, la crueldad del odio y el fanatismo de la mentira. Pero ahí precisamente, en esa víctima inocente, los seguidores de Jesús vemos a Dios identificado con todas las víctimas de todos los tiempos….

José Antonio Pagola

HOMILIA

2007-2008 - RECREADOS POR JESÚS
16 de marzo de 2008


CARGAR CON LA CRUZ

Lo llevaron a crucificar.

Lo que nos hace cristianos es seguir a Jesús. Nada más. Este seguimiento a Jesús no es algo teórico o abstracto. Significa seguir sus pasos, comprometernos como él a «humanizar la vida», y vivir así contribuyendo a que, poco a poco, se vaya haciendo realidad su proyecto de un mundo donde reine Dios y su justicia.
Esto quiere decir que los seguidores de Jesús estamos llamados a poner verdad donde hay mentira, a introducir justicia donde hay abusos y crueldad con los más débiles, a reclamar compasión donde hay indiferencia y pasividad ante los que sufren. Y esto exige construir comunidades donde se viva con el proyecto de Jesús, con su espíritu y sus actitudes…

José Antonio Pagola

HOMILIA

2004-2005 – AL ESTILO DE JESÚS
20 de marzo de 2005


AMOR Y VERDAD

(Ver homilía del 28 de marzo de 1999).

José Antonio Pagola

HOMILIA

2001-2002 – CON FUEGO
24 de marzo de 2002


Título

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José Antonio Pagola

HOMILIA

1998-1999 – FUERZA PARA VIVIR
28 de marzo de 1999


AMOR Y VERDAD

Lo crucificaron.

Para un cristiano, la cruz de Cristo no es un acontecimiento más que se pierde en el pasado. Menos aún, una celebración religiosa capaz de conmover todavía hoy los corazones de algunas personas piadosas. La vida de Cristo entregada hasta la muerte es el acontecimiento redentor que nos traza el camino para humanizar y salvar al ser humano.
La Cruz nos revela, en primer lugar, que es importante .cargar con el pecado». Por supuesto, hay que eliminar el mal la injusticia, hay que combatirlos ética y humanamente de todas las formas posibles. Pero hay que estar dispuestos a cargar con ese mal hasta donde haga falta. Cristo redime sufriendo. Sólo quienes se implican desde dentro hasta sufrir el mal en su propia carne humanizan el mundo…

José Antonio Pagola

HOMILIA

1995-1996 – SANAR LA VIDA
31 de marzo de 1996


CRUCIFICADO CON NOSOTROS

Lo crucificaron.

El sufrimiento lleva a muchos a gritar a Dios. No todos lo hacen de la misma forma. Algunos preguntan por Dios teóricamente: «,Cómo puede Dios permitir esto?» Tienen la impresión de que Dios es una especie de fuerza ciega e insensible que no se preocupa de nadie. Este planteamiento lo hace, por lo general, el espectador. No es ésta la pregunta de quien sufre en su propia carne. Su grito tiene otro acento más desgarrador: «Dios mío, ¿dónde estás?, ¿por qué te ocultas?, ¿no sientes mi dolor y mi pena?»
En el centro de la fe cristiana hay una historia de la Pasión. Es la historia de Cristo perseguido, abandonado, torturado y crucificado. Ninguna otra religión tiene una figura martirizada en su centro. Pero —lo que es más escandaloso aún— en el centro de esa pasión está la experiencia del abandono de Dios. Después de tres horas de silencio, clavado en la cruz, aguardando la muerte, Jesús lanza un grito desgarrador: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?»…

José Antonio Pagola

HOMILIA

1992-1993 – CON HORIZONTE
4 de abril de 1993


DEGRADACION DE LA CRUZ

Le llevaron a crucificar.

Los hombres somos capaces de envilecer y degradar los símbolos más venerables. Así ha sucedido a lo largo de los siglos con el signo más cargado de significado para ¡os cristianos: la Cruz de Cristo.
Todavía hoy la podemos ver convertida en joya compuesta de zafiros, esmeraldas y rubíes, o fabricada de oro, platino o cualquier metal precioso. La Cruz de Cristo, que evoca una vida austera, de entrega incondicional y abnegada, termina siendo adorno frívolo o símbolo de ostentación en medio de una sociedad que sacrifica a los menos favorecidos para asegurar el bienestar de los privilegiados…

José Antonio Pagola

HOMILIA

1989-1990 – NUNCA ES TARDE
8 de abril de 1990


UNA SEMANA DIFERENTE

Le llevaron a crucificar.

Todavía se sigue llamando «semana santa», pero ya ha desaparecido casi del todo aquel clima tan «especial» que se respiraba estos días entre nosotros con la supresión de cines y espectáculos, la celebración de procesiones o la programación religiosa de radios y T.V.
Hoy son muchos los que aprovechan estas fechas para desplazarse fuera de su hogar y disfrutar de un pequeño descanso en algún rincón tranquilo. De alguna manera, la semana santa viene a ser para bastantes esas «vacaciones de primavera» que permiten seguir trabajando hasta que llegue el descanso veraniego…

José Antonio Pagola

HOMILIA

1986-1987 – CONSTRUIR SOBRE LA ROCA
12 de abril de 1987


EL HOMBRE DOLIENTE

Lo llevaron a crucificar.

Tres caminos diferentes puede seguir el ser humano para dar sentido a su vida. La primera posibilidad consiste en crear algo, construir el mundo, configurarlo de manera nueva. La segunda posibilidad es disfrutar, gozar la belleza, descubrir la verdad, vivir el amor o la amistad. La tercera consiste en sufrir y padecer el propio destino.
No es fácil entender este tercer camino y descubrir el sentido que se puede encerrar en el sufrimiento.
Para vivir de manera creativa basta utilizar los talentos que cada uno poseemos. Para disfrutar de la vida, nos basta asimismo desarrollar la capacidad de gozo que hay en nosotros. Pero “dotar de sentido” al sufrimiento es algo que hemos de aprender día a día…

José Antonio Pagola

HOMILIA

1983-1984 – BUENAS NOTICIAS
15 de abril de 1984


DIOS SUFRE CON NOSOTROS

Lo llevaron a crucificar.

Es estremecedor detenerse a escuchar el sufrimiento que se acumula hoy en el mundo, destruyendo de manera implacable a hombres y mujeres nacidos un día para la vida y la felicidad.
Baste recordar algunas cifras aterradoras: 450 millones sufren hoy de hambre, y de ellos, 45 millones mueren cada año; 15 millones de refugiados vagan por el mundo sin patria ni hogar; cerca de 100 mil personas han desaparecido en Latinoamérica; 600 millones no tienen trabajo...
Y todo esto sucede ante los ojos mismos de Dios. No es extraña la queja dolorida y acusadora: ¿Dónde está Dios? ¿Quién es? ¿Por qué se calla? ¿Por qué no hace nada?...

José Antonio Pagola

HOMILIA

1980-1981 – APRENDER A VIVIR
12 de abril de 1981


COMPROMETER LA VIDA

Y lo llevaron a crucificar.

Estamos tan familiarizados con la cruz del Calvario que ya no nos causa impresión alguna. La costumbre lo domestica y lo «rebaja» todo. Quizás, esta semana de tan hondo significado para los creyentes, sea una buena ocasión para recordar aspectos demasiado olvidados del Crucificado.
Empecemos por decir que Jesús no ha muerto de muerte natural. Su muerte no ha sido la extinción esperada de su vida biológica. A Jesús lo han matado violentamente.
Pero no ha muerto tampoco víctima de un accidente casual ni fortuito, sino ajusticiado, después de un proceso solemne llevado a cabo por las fuerzas religiosas y civiles más influyentes de aquella sociedad…

José Antonio Pagola

lunes, 4 de abril de 2011

10/04/2011 - 5º domingo de Cuaresma (A)

Inicio ..... Ciclo A ..... Ciclo B ..... Ciclo C ..... Euskera

10 de abril de 2011


Homilias de José Antonio Pagola


No te pierdas: - Jesús de Nazaret hoy


5º domingo de Cuaresma (A)

Para leer, completas, todas las homilias de José Antonio Pagola para este domingo haz "clic" sobre el título del domingo, o "cliclea" sobre Ciclo A en el menu superior. Lee tambien el documento "La hora de los laicos".


EVANGELIO

Yo soy, la resurrección y la vida.

+ Lectura del santo evangelio según san Juan 11, 1-45

En aquel tiempo, un cierto Lázaro, de Betania, la aldea de María y de Marta, su hermana, había caído enfermo. María era la que ungió al Señor con perfume y le enjugó los pies con su cabellera; el enfermo era su hermano Lázaro. Las hermanas mandaron recado a Jesús, diciendo:

-«Señor, tu amigo está enfermo.»

Jesús, al oírlo, dijo:

-«Esta enfermedad no acabará en la muerte, sino que servirá para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.»

Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro. Cuando se enteró de que estaba enfermo, se quedó todavía dos días en donde estaba. Sólo entonces dice a sus discípulos:

-«Vamos otra vez a Judea.»

Los discípulos le replican:

-«Maestro, hace poco intentaban apedrearte los judíos, ¿y vas a volver allí? »

Jesús contestó:

-«¿No tiene el día doce horas? Si uno camina de día, no tropieza, porque ve la luz de este mundo; pero si camina de noche, tropieza, porque le falta la luz.»

Dicho esto, añadió: -

«Lázaro, nuestro amigo, está dormido; voy a despertarlo.»

Entonces le dijeron sus discípulos:

-«Señor, si duerme, se salvará.»

Jesús se refería a su muerte; en cambio, ellos creyeron que hablaba del sueño natural. Entonces Jesús les replicó claramente:

-«Lázaro ha muerto, y me alegro por vosotros de que no hayamos estado allí, para que creáis. Y ahora vamos a su casa.»

Entonces Tomás, apodado el Mellizo, dijo a los demás discípulos:

-«Vamos también nosotros y muramos con él.»

Cuando Jesús llegó, Lázaro llevaba ya cuatro días enterrado. Betania distaba poco de Jerusalén: unos tres kilómetros; y muchos judíos habían ido a ver a Marta y a María, para darles el pésame por su hermano. Cuando Marta se enteró de que llegaba Jesús, salió a su encuentro, mientras María se quedaba en casa. Y dijo Marta a Jesús:

-«Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá.»

Jesús le dijo:

-«Tu hermano resucitará.»

Marta respondió:

-«Sé que resucitará en la resurrección del último día.»

Jesús le dice:

-«Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?»

Ella le contestó:

-«Sí, Señor: yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo.»

Y dicho esto, fue a llamar a su hermana María, diciéndole en voz baja:

-«El Maestro está ahí y te llama.»

Apenas lo oyó, se levantó y salió adonde estaba él; porque Jesús no había entrado todavía en la aldea, sino que estaba aún donde Marta lo había encontrado. Los judíos que estaban con ella en casa consolándola, al ver que María se levantaba y salía deprisa, la siguieron, pensando que iba al sepulcro a llorar allí. Cuando llegó María adonde estaba Jesús, al verlo se echó a sus pies diciéndole:

-«Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano.»

Jesús, viéndola llorar a ella y viendo llorar a los judíos que la acompañaban, sollozó y, muy conmovido, preguntó:

-« ¿Dónde lo habéis enterrado?»

Le contestaron:

-«Señor, ven a verlo.»

Jesús se echó a llorar. Los judíos comentaban:

-«¡Cómo lo quería!»

Pero algunos dijeron:

-«Y uno que le ha abierto los ojos a un ciego, ¿no podía haber impedido que muriera éste?»

Jesús, sollozando de nuevo, llega al sepulcro. Era una cavidad cubierta con una losa. Dice Jesús:

-«Quitad la losa.»

Marta, la hermana del muerto, le dice:

-«Señor, ya huele mal, porque lleva cuatro días.»

Jesús le dice:

-«¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?»

Entonces quitaron la losa. Jesús, levantando los ojos a lo alto, dijo:

-«Padre, te doy gracias porque me has escuchado; yo sé que tú me escuchas siempre; pero lo digo por la gente que me rodea, para que crean que tú me has enviado.»

Y dicho esto, gritó con voz potente:

-«Lázaro, ven afuera.»

El muerto salió, los pies y las manos atados con vendas, y la cara envuelta en un sudario. Jesús les dijo:

-«Desatadlo y dejadlo andar.»

Y muchos judíos que habían venido a casa de María, al ver lo que había hecho Jesús, creyeron en él.

Palabra de Dios.

HOMILIA

2010-2011 - 10 de abril de 2011

NUESTRA ESPERANZA

El relato de la resurrección de Lázaro es sorprendente. Por una parte, nunca se nos presenta a Jesús tan humano, frágil y entrañable como en este momento en que se le muere uno de sus mejores amigos. Por otra parte, nunca se nos invita tan directamente a creer en su poder salvador: «Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque muera, vivirá... ¿Crees esto?»Jesús no oculta su cariño hacia estos tres hermanos de Betania que, seguramente, lo acogen en su casa siempre que viene a Jerusalén. Un día Lázaro cae enfermo y sus hermanas mandan un recado a Jesús: nuestro hermano «a quien tanto quieres» está enfermo. Cuando llega Jesús a la aldea, Lázaro lleva cuatro días enterrado. Ya nadie le podrá devolver la vida….

José Antonio Pagola

HOMILIA

2007-2008 - RECREADOS POR JESÚS

9 de marzo de 2008

NUESTROS MUERTOS VIVEN

Lázaro, sal fuera. El adiós definitivo a un ser muy querido nos hunde inevitablemente en el dolor y la impotencia. Es como si la vida entera quedara destruida. No hay palabras ni argumentos que nos puedan consolar. ¿En qué se puede esperar? El relato de Juan no tiene sólo como objetivo narrar la resurrección de Lázaro, sino, sobre todo, despertar la fe, no para que creamos en la resurrección como un hecho lejano que ocurrirá al fin del mundo, sino para que «veamos» desde ahora que Dios está infundiendo vida a los que nosotros hemos enterrado. Jesús llega «sollozando» hasta el sepulcro de su amigo Lázaro. El evangelista dice que «está cubierto con una losa». Esa losa nos cierra el paso. No sabemos nada de nuestros amigos muertos. Una losa separa el mundo de los vivos y de los muertos. Sólo nos queda esperar el día final para ver si sucede algo…

José Antonio Pagola

HOMILIA

2004-2005 – AL ESTILO DE JESÚS

13 de marzo de 2005

LLORAR Y CONFIAR Esta enfermedad no acabará en muerte. A todos nos pasa lo mismo. No queremos pensar en la muerte. Es mejor olvidarla. No hablar de eso. Seguir viviendo cada día como si fuéramos eternos. Ya sabemos que es un engaño, pero no acertamos a vivir de otra manera. Se nos haría insoportable. Lo malo es que, en cualquier momento, la enfermedad nos sacude de la inconsciencia. En nuestros días es cada vez más frecuente una experiencia antes desconocida: la espera de los análisis médicos. ¿Cuál será el resultado? ¿Positivo o negativo? De pronto descubrimos, al mismo tiempo, la fragilidad de nuestra vida y nuestro deseo enorme de vivir…

José Antonio Pagola

HOMILIA

2001-2002 – CON FUEGO

17 de marzo de 2002

Título

(No se encuentra)

José Antonio Pagola

HOMILIA

1998-1999 – FUERZA PARA VIVIR

21 de marzo de 1999

UNA PUERTA ABIERTA

Tu hermano resucitará.

Estamos demasiado cogidos por el «más acá» para preocuparnos del «más allá». Sometidos a un ritmo de vida que nos aturde y esclaviza, abrumados por una información asfixiante de noticias y acontecimientos diarios, fascinados por mil atractivos objetos que el desarrollo técnico pone en nuestras manos, no parece que necesitemos un horizonte más amplio que «esta vida» en que nos movemos. ¿Para qué pensar en «otra vida»? ¿No sería mejor encauzar todas nuestras fuerzas a organizar lo mejor posible nuestra existencia en este mundo? ¿No deberíamos esforzarnos al máximo en vivir esta vida de ahora lo más humanamente posible y callarnos respecto a todo lo demás? ¿No es mejor aceptar la vida con su oscuridad y sus enigmas y dejar «el más allá» como un misterio del que nada sabemos?...

José Antonio Pagola

HOMILIA

1995-1996 – SANAR LA VIDA

24 de marzo de 1996

EL DERECHO A MORIR MEJOR

Yo soy la resurrección y la vida.

En poco tiempo se ha impuesto entre nosotros un nuevo estilo de morir. Hoy se muere más tarde y también de forma más lenta. Se muere con menos dolor, pero más solos. Mejor atendidos técnicamente, pero peor acompañados. En otros tiempos, el moribundo era el auténtico protagonista de su muerte. Advertido de la proximidad de la última hora, él mismo presidía el acontecimiento: reunía a sus seres queridos, les daba las últimas recomendaciones, pedía perdón, recibía los sacramentos y se despedía hasta la otra vida. Rara vez sucede hoy así…

José Antonio Pagola

HOMILIA

1992-1993 – CON HORIZONTE

28 de marzo de 1993

EN MEDIO DE LA CONFUSION

Yo soy la resurrección y la vida.

Los estudios sobre las creencias del hombre contemporáneo llevan a una conclusión paradójica: una gran parte de europeos consideran que la muerte es el final de todo; y, sin embargo, el interés por las cuestiones sobre «el más allá» sigue creciendo de manera inusitada. Un ejemplo reciente es el sondeo llevado a cabo por la revista francesa Panorama en noviembre de 1993. Según los datos recogidos, un 42 por cien de los franceses opinan que con la muerte se termina todo. Sólo un 45 por cien afirma que la muerte es el paso hacia «otra cosa»…

José Antonio Pagola

HOMILIA

1989-1990 – NUNCA ES TARDE

1 de abril de 1990

CREER PARA TENER VIDA

Yo soy la resurrección y la vida.

Una de las ideas más insidiosas que se han extendido en la sociedad moderna en torno a la religión es la sospecha de que hay que eliminar a Dios para poder salvar la dignidad y felicidad de los hombres. De hecho, son bastantes los que poco a poco van abandonando su «mundo de creencias y prácticas» porque piensan que es un estorbo que les impide vivir. No entienden que Cristo pueda decir que ha venido, no para que los hombres «perezcan», sino para que «tengan vida definitiva»…

José Antonio Pagola

HOMILIA

1986-1987 – CONSTRUIR SOBRE LA ROCA

5 de abril de 1987

CONFIAR EN EL HOMBRE

Esta enfermedad no acabará en muerte

No es fácil escuchar hoy voces que inviten a confiar en el hombre. Lo normal parece ser el pesimismo, el análisis sombrío, la desesperanza y hasta la angustia. Durante estos últimos años se ha hablado mucho de la pérdida de fe en Dios. Por una razón o por otra, son bastantes los que han dejado de creer en El. Pero, sorprendentemente, hoy son tal vez más los que están dejando de creer en el hombre. Las mismas Iglesias parecen, a veces, desconfiar del ser humano. Su mensaje de esperanza, corre entonces el riesgo de quedar oculto por una especie de recelo y miedo ante todo lo que pueda emprender el hombre contemporáneo…

José Antonio Pagola

HOMILIA

1983-1984 – BUENAS NOTICIAS

8 de abril de 1984

¿SOLO ESTA VIDA?

Yo soy la resurrección y la vida.

Estamos demasiado cogidos por el «más acá» para preocuparnos del «más allá». Sometidos a un ritmo de vida que nos aturde y esclaviza, abrumados por una información asfixiante de noticias y acontecimientos diarios, fascinados por mil atractivos objetos que el desarrollo técnico ha puesto en nuestras manos, no parece que necesitemos un horizonte más amplio que «esta vida» en que nos movemos. ¿Para qué pensar en «otra vida»? ¿No sería mejor encauzar todas nuestras fuerzas a organizar lo mejor posible nuestra existencia en este mundo? ¿No deberíamos esforzarnos al máximo en llevar la vida que se nos ha dado ahora lo más humanamente posible y callarnos respecto a todo lo demás? ¿No es mejor aceptar la vida con su oscuridad y sus enigmas y dejar «el más allá» como un misterio del que nada sabemos?...

José Antonio Pagola

HOMILIA

1980-1981 – APRENDER A VIVIR

5 de abril de 1981

VENCER A LA MUERTE

El que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá.

Querámoslo o no, el temor a la muerte arruina nuestra alegría de vivir. En el interior de toda felicidad humana, se oculta una especie de «insatisfacción subterránea» que todo hombre lúcido puede percibir, ya que no es posible, en último término, escamotear su fugacidad y desterrar la amenaza de la muerte. Vivimos cercados por ese «omnipotente aguafiestas» que nos estropea la seguridad de nuestro vivir diario. Por muchos que sean los logros de la humanidad, la vida sigue dominada por la muerte y sigue, por tanto, amenazada por lo irreal, el vacío ‘i la nada…

José Antonio Pagola