lunes, 27 de septiembre de 2010

03/10/2010 - 27º domingo Tiempo ordinario (C)

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3 de octubre de 2010

Homilias de José Antonio Pagola

27º Tiempo ordinario (C)


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EVANGELIO

¡Si tuvierais fe!

Lectura del santo evangelio según san Lucas 17,5-10

En aquel tiempo, los apóstoles dijeron al Señor:
- Auméntanos la fe.
El Señor contestó:
- Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera: «Arráncate de raíz y plántate en el mar», y os obedecería.
Suponed que un criado vuestro trabaja como labrador o como pastor; cuando vuelve del campo, ¿quién de vosotros le dice: «Enseguida, ven y ponte a la mesa»?
¿No le diréis: «Prepárame de cenar, cíñete y sírveme mientras como y bebo; y después comerás y beberás tú»? ¿Tenéis que estar agradecidos al criado porque ha hecho lo mandado? Lo mismo vosotros: cuando hayáis hecho todo lo mandado, decid: «Somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer».

HOMILIA

2009-2010 -
3-de octubre de 2010


AUMÉNTANOS LA FE

De manera abrupta, los discípulos le hacen a Jesús una petición vital: «Auméntanos la fe». En otra ocasión le habían pedido: «Enséñanos a orar». A medida que Jesús les descubre el proyecto de Dios y la tarea que les quiere encomendar, los discípulos sienten que no les basta la fe que viven desde niños para responder a su llamada. Necesitan una fe más robusta y vigorosa.
Han pasado más de veinte siglos. A lo largo de la historia, los seguidores de Jesús han vivido años de fidelidad al Evangelio y horas oscuras de deslealtad. Tiempos de fe recia y también de crisis e incertidumbre. ¿No necesitamos pedir de nuevo al Señor que aumente nuestra fe?
Señor, auméntanos la fe. Enséñanos que la fe no consiste en creer algo sino en creer en ti, Hijo encarnado de Dios, para abrirnos a tu Espíritu, dejarnos alcanzar por tu Palabra, aprender a vivir con tu estilo de vida y seguir de cerca tus pasos. Sólo tú eres quien "inicia y consuma nuestra fe"...

José Antonio Pagola

HOMILIA

2006-2007 – HACERNOS DISCÍPULOS DE JESÚS
7 de octubre de 2007


FE MÁS VIVA EN JESÚS

Auméntanos la fe.

Auméntanos la fe. Así le piden los apóstoles a Jesús: «añádenos más fe a la que ya tenemos». Sienten que la fe que viven desde niños dentro de Israel es insuficiente. A esa fe tradicional han de añadirle «algo más» para seguir a Jesús. Y, ¿quién mejor que él mismo para darles lo que falta a su fe?
Jesús les responde con un dicho algo enigmático: Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esta morera: «Arráncate de raíz y plántate en el mar» y os obedecería. Los discípulos le están pidiendo una nueva dosis de fe, pero lo que necesitan no es eso. Su problema consiste en que la fe auténtica que hay en su corazón, no llega ni a un granito de mostaza.
Jesús les viene a decir: lo importante no es la cantidad de fe, sino la calidad…

José Antonio Pagola

HOMILIA

2003-2004 – A QUIÉN IREMOS
3 de octubre de 2004


AUMÉNTANOS LA FE

Señor auméntanos la fe.

Según las primeras fuentes cristianas, los discípulos que rodean a Jesús no destacan por su adhesión entusiasta a su Maestro, sino por su fe pequeña y débil. Es tal su incapacidad para entender a Jesús que un evangelista los presenta dirigiéndose a él con esta petición: «Señor, auméntanos la fe». ¿No será ésta la oración que hemos de hacer los cristianos de hoy?
Auméntanos la fe porque continuamente nos desviamos de tu Evangelio. Ocupados en escuchar nuestros miedos e incertidumbres, no acertamos a oír tu voz ni en nuestras comunidades ni en nuestros corazones. Ya no sabemos arrodillarnos ni física ni interiormente ante ti. Despierta nuestra fe porque si perdemos contacto contigo, seguirá creciendo en nosotros el desconcierto y la inseguridad.
Aumenta nuestra fe para percibir tu presencia en el centro mismo de nuestra debilidad…

José Antonio Pagola

HOMILIA

2000-2001 – BUSCAR LAS RAÍCES
7 de octubre de 2001


Título

(No se encuentra)

José Antonio Pagola

HOMILIA

1997-1998 – UN CAMINO DIFERENTE
4 de octubre de 1998


OSADÍA

Auméntanos la fe.

Hace unos años, el filósofo y sociólogo de origen belga, C. Levi-Strauss, hacía una declaración que refleja bien la actitud agnóstica de no pocos contemporáneos: «No me siento preocupado por el problema de Dios; para mí es absolutamente tolerable vivir consciente de que nunca podré explicarme la totalidad del universo.» Para este tipo de agnosticismo, la «totalidad del universo» está ahí como una realidad «inexplicable» cuyo origen y fundamento resulta insondable, pero ante esta realidad sólo siente despreocupación y falta de interés.
Los creyentes nos distinguimos de estos agnósticos, no porque intentemos decir «algo» sobre Dios, mientras ellos niegan lo que nosotros confesamos. No está ahí el fondo de la cuestión. Aunque reprimida a veces por diversos factores, la pregunta sobre el misterio del universo parece inevitable para todos…

José Antonio Pagola

HOMILIA

1994-1995 – VIVIR DESPIERTOS
8 de octubre de 1995


Título

(No se encuentra)

José Antonio Pagola

HOMILIA

1991-1992 – SIN PERDER LA DIRECCIÓN
4 de octubre de 1992


ORAR DESDE LA DUDA

Auméntanos la fe.

En el creyente pueden surgir dudas que se refieren a uno u otro punto del mensaje cristiano. La persona se pregunta cómo ha de entender una determinada afirmación bíblica o un aspecto concreto del dogma cristiano. Son cuestiones que están pidiendo una mayor clarificación.
Pero hay personas que experimentan una duda más radical, que afecta a la totalidad. Por una parte, sienten que no pueden o no deben abandonar el cristianismo, pero, por otra, no se sienten capaces de pronunciar con sinceridad ese «sí» total que implica la fe.
El que se encuentra en este estado suele experimentar, por lo general, un malestar interior…

José Antonio Pagola

HOMILIA

1988-1989 – CONSTRUIR SOBRE LA ROCA
8 de octubre de 1989


EL DESEO DE CREER

Auméntanos la fe.

Lo que más se opone a la fe no son las dudas e interrogantes que pueden nacer sinceramente en nosotros sino la indiferencia y la superficialidad de nuestra vida.
El que busca sinceramente a Dios, se ve envuelto más de una vez en oscuridad, duda o inseguridad. Pero si busca a Dios, hay en él un deseo de creer que no queda destruido por la duda, el cansancio, la oscuridad ni el propio pecado.
No olvidemos que la fe no se reduce a unas convicciones que nos han inculcado desde niños o a una visión de la vida que todavía defendemos.
El que cree de verdad no se queda en las fórmulas ni en los conceptos. No descansa en las palabras. Sencillamente, busca a Dios...

José Antonio Pagola

HOMILIA

1985-1986 – BUENAS NOTICIAS
5 de octubre de 1986


FE BLOQUEADA

Auméntanos la fe.

En el curso de un diálogo con P. Ricoeur, publicado años más tarde, G. Marcel hacía esta confesión: «Me he encontrado durante años en la situación extremadamente singular de un hombre que cree profundamente en la fe de los demás y está perfectamente convencido de que esa fe no es ilusoria, pero que, sin embargo, no se siente con fuerzas o con derecho para hacerla propia».
Esta experiencia no es hoy tan rara como pudiera parecer. Son bastantes los que aprecian la fe de sus amigos, incluso la envidian quizás, pero sienten que, honradamente, no pueden adherirse a esa misma fe.
Sienten que su fe está bloqueada. Falta una comunicación real con Dios. No saben cómo encontrarse de nuevo con El…

José Antonio Pagola

HOMILIA

1982-1983 – APRENDER A VIVIR
2 de octubre de 1983


APRENDER A CREER

Auméntanos la fe.

A ninguna persona lúcida se le escapa que las nuevas generaciones no creen en muchas de las instituciones y valores sobre los que hemos construido nuestra convivencia social.
Muchos de nuestros jóvenes no creen en el matrimonio ni en la familia. No aceptan nuestras instituciones educativas. Sospechan de los modelos de vida que sus padres les ofrecen. No creen en la validez de lo que les pueda ofrecer la iglesia cristiana o las diversas tradiciones religiosas.
Pero, no se trata sólo del desencanto, la indiferencia o el escepticismo de unos jóvenes que «pasan» de todo. Parece que al hombre actual se le está haciendo cada vez más difícil afiliarse a una ideología concreta o confesar con convicción un determinado credo…

José Antonio Pagola


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lunes, 20 de septiembre de 2010

26/09/2010 - 26º domingo del Tiempo ordinario (C)

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26 de septiembre de 2010

Homilias de José Antonio Pagola

26º Tiempo ordinario (C)


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EVANGELIO

Recibiste tus bienes, y Lázaro males: por eso encuentra aquí consuelo, mientras que tú padeces

Lectura del santo evangelio según san Lucas 16,19-31

En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos:
- Había un hombre rico que se vestía de púrpura y de lino y banqueteaba espléndidamente cada día.
Y un mendigo llamado Lázaro estaba echado en su portal, cubierto de llagas, y con ganas de saciarse de lo que tiraban de la mesa del rico.
Y hasta los perros se le acercaban a lamerle la llagas.
Sucedió que se murió el mendigo, y los ángeles lo llevaron al seno de Abrahán.
Se murió también el rico, y lo enterraron. Y, estando en el infierno, en medio de los tormentos, levantando los ojos, vio de lejos a Abrahán, y a Lázaro en su seno, y gritó:
- Padre Abrahán, ten piedad de mí y manda a Lázaro que moje en agua la punta del dedo y me refresque la lengua, porque me torturan estas llamas.
Pero Abrahán le contestó:
- Hijo, recuerda que recibiste tus bienes en vida, y Lázaro, a su vez, males: por eso encuentra aquí consuelo, mientras que tú padeces.
Y además, entre nosotros y vosotros se abre un abismo inmenso, para que no puedan cruzar, aunque quieran, desde aquí hacia vosotros, ni puedan pasar de ahí hasta nosotros.
El rico insistió:
- Te ruego, entonces, padre, que mandes a Lázaro a casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que, con su testimonio, evites que vengan también ellos a este lugar de tormento.
Abrahán le dice:
- Tienen a Moisés y a los profetas; que los escuchen.
El rico contestó:
- No, padre Abrahán. Pero si un muerto va a verlos, se arrepentirán.
Abrahán le dijo:
- Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no harán caso ni aunque resucite un muerto.

HOMILIA

2009-2010 -
26 de septiembre de 2010


NO IGNORAR AL QUE SUFRE

El contraste entre los dos protagonistas de la parábola es trágico. El rico se viste de púrpura y de lino. Toda su vida es lujo y ostentación. Sólo piensa en «banquetear espléndidamente cada día». Este rico no tiene nombre pues no tiene identidad. No es nadie. Su vida vacía de compasión es un fracaso. No se puede vivir sólo para banquetear.
Echado en el portal de su mansión yace un mendigo hambriento, cubierto de llagas. Nadie le ayuda. Sólo unos perros se le acercan a lamer sus heridas. No posee nada, pero tiene un nombre portador de esperanza. Se llama «Lázaro» o «Eliezer», que significa «Mi Dios es ayuda».
Su suerte cambia radicalmente en el momento de la muerte. El rico es enterrado, seguramente con toda solemnidad, pero es llevado al «Hades» o «reino de los muertos». También muere Lázaro. Nada se dice de rito funerario alguno, pero «los ángeles lo llevan al seno de Abrahán». Con imágenes populares de su tiempo, Jesús recuerda que Dios tiene la última palabra sobre ricos y pobres…


José Antonio Pagola

HOMILIA

2006-2007 – HACERNOS DISCÍPULOS DE JESÚS
30 de septiembre de 2007


NOSOTROS SOMOS EL OBSTÁCULO

Un mendigo llamado Lázaro estaba echado en su portal.

La parábola parece narrada para nosotros. Jesús habla de un rico poderoso. Sus vestidos de púrpura y lino indican lujo y ostentación. Su vida es una fiesta continua. Sin duda, pertenece a ese sector privilegiado que vive en Tiberíades, Séforis o Jerusalén. Son los que poseen riqueza, tienen poder y disfrutan de una vida fastuosa.
Muy cerca, echado junto a la puerta de su mansión está un mendigo. No está cubierto de lino y púrpura, sino de llagas repugnantes. No sabe lo que es festín. No le dan ni de lo que tiran de la mesa del rico. Sólo los perros callejeros se le acercan a lamerle las llagas. No posee nada, excepto un nombre, Lázaro…

José Antonio Pagola

HOMILIA

2003-2004 – A QUIÉN IREMOS
26 de septiembre de 2004


ACERCARSE

Un mendigo llamado Lázaro.

El pobre Lázaro está allí mismo, muriéndose de hambre «junto a su puerta», pero el rico evita todo contacto y sigue viviendo «espléndidamente» ajeno a su sufrimiento. No atraviesa esa «puerta» que le acercaría al mendigo. Al final descubre horrorizado que se ha abierto entre ellos un «inmenso abismo». Esta parábola es la crítica más implacable de Jesús a la indiferencia ante el sufrimiento del otro.
Junto a nosotros hay cada vez más inmigrantes. No son «personajes» de una parábola. Son hombres de carne y hueso. Están aquí con sus angustias, necesidades y esperanzas. Sirven en nuestras casas, caminan por nuestras calles. ¿Estamos aprendiendo a acogerlos o seguimos viviendo nuestro pequeño bienestar, indiferentes al sufrimiento de quienes nos resultan extraños? Esta indiferencia sólo se disuelve dando pasos que nos acerquen a ellos.
Tal vez, podemos comenzar por aprovechar cualquier ocasión para tratar con alguno de ellos …

José Antonio Pagola

HOMILIA

2000-2001 – BUSCAR LAS RAÍCES
30 de septiembre de 2001


Título

(No se encuentra)

José Antonio Pagola

HOMILIA

1997-1998 – UN CAMINO DIFERENTE
27 de septiembre de 1998


¿DEUDA ETERNA?

Nadie se lo daba.

La parábola de Jesús describiendo la crueldad de un rico que banquetea espléndidamente cada día sin hacer caso del pobre Lázaro que junto a él se muere de hambre, no es una «exageración oriental», sino algo que está sucediendo ahora mismo en nuestro planeta.
La deuda externa que pesa sobre los países pobres es, en estos momentos, la manifestación más dramática de la impiedad —¿por qué emplear términos más suaves?— de los países ricos del Norte hacia quienes se hunden cada vez más en la miseria.
La situación es catastrófica. El endeudamiento va aumentando trágicamente, mientras la ayuda oficial a los países en desarrollo disminuye….

José Antonio Pagola

HOMILIA

1994-1995 – VIVIR DESPIERTOS
1 de octubre de 1995


Título

(No se encuentra)

José Antonio Pagola

HOMILIA

1991-1992 – SIN PERDER LA DIRECCIÓN
27 de septiembre de 1992


NO INTERESAN

… nadie se lo daba

No interesan apenas a nadie. No entran en la lista de reivindicaciones de ningún grupo político o colectivo social importante. Son los últimos de nuestra sociedad, los más rechazados y marginados. Ahí están sufriendo en las cárceles y centros penitenciarios. Pero nosotros preferimos ignorarlos.
Muchos de ellos arrastran tras de sí una historia desgarrada. No han conocido el calor de un hogar ni la seguridad de un trabajo. Sumergidos muy pronto en el mundo de la droga o la delincuencia, hoy se encuentran atrapados en un proceso de autodestrucción que no parece tener salida.
Es difícil olvidar sus rostros deteriorados por la enfermedad y el aislamiento. En torno al 70% son toxicómanos. Un 40% están afectados por el SIDA….

José Antonio Pagola

HOMILIA

1988-1989 – CONSTRUIR SOBRE LA ROCA
1 de octubre de 1989


UN GESTO QUE HACE PENSAR

Nadie se lo daba

La parábola de Jesús describiéndonos la crueldad de aquel hombre que banquetea espléndidamente cada día, sin acercarse al mendigo Lázaro tirado junto al portal de su propia casa, no es “una exageración oriental» sino algo que puede estar sucediendo hoy entre nosotros.
Casi sin darnos cuenta, nos estamos habituando a la tragedia que viven junto a nosotros tantas familias víctimas del paro y la inseguridad laboral.
Nos estamos acostumbrando a vivir tranquilamente nuestra vida sin escuchar la ansiedad y frustración de tantos hombres y mujeres a los que el paro ha roto todos sus proyectos y ha hundido en el desaliento y la desesperanza….

José Antonio Pagola

HOMILIA

1985-1986 – BUENAS NOTICIAS
28 de septiembre de 1986


NUEVO CLASISMO

banqueteaba espléndidamente...

Conocemos la parábola. Un rico despreocupado que «banquetea espléndidamente», ajeno al sufrimiento de los demás y un pobre mendigo a quien «nadie daba nada».
Dos hombres distanciados por un abismo de egoísmo e insolidaridad que, según Jesús, puede hacerse definitivo, por toda la eternidad.
Adentrémonos un poco en el pensamiento de Jesús. El rico de la parábola no es descrito como un explotador que oprime sin escrúpulos a sus siervos. No es ése su pecado. El rico es condenado sencillamente porque disfruta despreocupadamente de su riqueza sin acercarse a la necesidad del pobre Lázaro.
Esta es la convicción profunda de Jesús. La riqueza en cuanto «apropiación excluyente de la abundancia», no hace crecer al hombre…

José Antonio Pagola

HOMILIA

1982-1983 – APRENDER A VIVIR
25 de septiembre de 1983


CLASISMO

Había un hombre rico...
y un mendigo llamado Lázaro.


Jesús ha visto con lucidez que uno de los obstáculos más graves para que se imponga entre los hombres una verdadera fraternidad es el afán de posesión que se apodera del hombre.
La conocida parábola del pobre Lázaro y del rico sin entrañas es quizás la que más dramáticamente nos describe la tragedia amarga que se repite generación tras generación en la historia de la humanidad.
Para el hombre que no conoce la necesidad, la vida es una fiesta regocijada, un espléndido banquete. Parece como si la seguridad económica pudiera ofrecerle todo lo que necesita: bienestar, poder, tranquilidad, felicidad.
Y, sin embargo, precisamente esa seguridad y disfrute despreocupado de sus bienes es lo que deshumaniza profundamente al rico y lo vuelve ciego…

José Antonio Pagola


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lunes, 13 de septiembre de 2010

19/09/2010 - 25º domingo del Tiempo ordinario (C)

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19 de septiembre de 2010

Homilias de José Antonio Pagola

25º Tiempo ordinario (C)


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EVANGELIO

No podéis servir a Dios y al dinero.

Lectura del santo evangelio según san Lucas 16,1-13

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
[Un hombre rico tenía un administrador y le llegó la denuncia de que derrochaba sus bienes.
Entonces lo llamó y le dijo:
- ¿Qué es eso que me cuentan de ti? Entrégame el balance de tu gestión, porque quedas despedido.
El administrador se puso a echar sus cálculos:
- ¿Qué voy a hacer ahora que mi amo me quita el empleo? Para cavar no tengo fuerzas; mendigar me da vergüenza. Ya sé lo que voy a hacer para que, cuando me echen de la administración, encuentre quien me reciba en su casa.
Fue llamando uno a uno a los deudores de su amo, y dijo al primero:
- ¿Cuánto debes a mi amo?
Éste respondió:
- Cien barriles de aceite.
Él le dijo:
- Aquí está tu recibo: aprisa, siéntate y escribe «cincuenta».
Luego dijo a otro:
- Y tú, ¿cuánto debes?
Él contestó:
- Cien fanegas de trigo.
Le dijo:
- Aquí está tu recibo: escribe «ochenta».
Y el amo felicitó al administrador injusto, por la astucia con que había procedido. Ciertamente, los hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la luz.
Y yo os digo: ganaos amigos con el dinero injusto, para que, cuando os falte, os reciban en las moradas eternas.]

El que es de fiar en lo menudo, también en lo importante es de fiar; el que no es honrado en lo menudo, tampoco en lo importante es honrado.
Si no fuisteis de fiar en el vil dinero, ¿quién os confiará lo que vale de veras? Si no fuisteis de fiar en lo ajeno, lo vuestro ¿quién os lo dará?
Ningún siervo puede servir a dos amos: porque o bien aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero.

HOMILIA

2009-2010 -
19 de septiembre de 2010


DINERO

La sociedad que conoció Jesús era muy diferente a la nuestra. Sólo las familias poderosas de Jerusalén y los grandes terratenientes de Tiberíades podían acumular monedas de oro y plata. Los campesinos apenas podían hacerse con alguna moneda de bronce o cobre, de escaso valor. Muchos vivían sin dinero, intercambiándose productos en un régimen de pura subsistencia.
En esta sociedad, Jesús habla del dinero con una frecuencia sorprendente. Sin tierras ni trabajo fijo, su vida itinerante de Profeta dedicado a la causa de Dios le permite hablar con total libertad. Por otra parte, su amor a los pobres y su pasión por la justicia de Dios lo urgen a defender siempre a los más excluidos.
Habla del dinero con un lenguaje muy personal. Lo llama espontáneamente «dinero injusto» o «riquezas injustas». Al parecer, no conoce "dinero limpio …

José Antonio Pagola

HOMILIA

2006-2007 – HACERNOS DISCÍPULOS DE JESÚS
23 de septiembre de 2007


CRISTIANISMO IMPOSIBLE

No podéis servir a Dios y al dinero.

Jesús era ya adulto cuando Antipas puso en circulación monedas acuñadas en Tiberíades. Sin duda, la monetización suponía un progreso en el desarrollo de Galilea, pero no logró promover una sociedad más justa y equitativa. Fue al revés.
Los ricos de las ciudades podían ahora operar mejor en sus negocios. La monetización les permitía «atesorar» monedas de oro y plata que les proporcionaban seguridad, honor y poder. Por eso llamaban a ese tesoro «mamona», dinero «que da seguridad».
Mientras tanto, los campesinos apenas podían hacerse con algunas monedas de bronce o cobre, de escaso valor. Era impensable atesorar «mamona» en una aldea. Bastante tenían con subsistir intercambiándose entre ellos sus modestos productos.
Como ocurre casi siempre, el progreso daba más poder a los ricos y hundía un poco más a los pobres. Así no era posible acoger el reino de Dios y su justicia. Jesús no se calló…

José Antonio Pagola

HOMILIA

2003-2004 – A QUIÉN IREMOS
19 de septiembre de 2004


NO MIRAR PARA OTRO LADO

No podéis servir a Dios y al dinero.

El hundimiento del socialismo en los países del Este ha traído como consecuencia el fortalecimiento de un capitalismo puro y duro. Ya no hay que pensar en ningún otro sistema alternativo. El único modelo para organizar la economía mundial es el Mercado Libre.
Es difícil no dejarse «domesticar» por los predicadores de la economía liberal. Se proclama que «nadie ha inventado todavía una economía más eficiente», pero no se nos responde a dos sencillas preguntas: ¿eficiente en qué?, ¿eficiente para quién?
Se nos asegura que el sistema capitalista es la forma definitiva de economía. Se ha llegado al final de la evolución del pensamiento humano (F. Fukuyama). No hay que buscar nuevos principios orientadores. Pero nadie nos dice que este sistema olvida las necesidades de dos tercios de la humanidad…

José Antonio Pagola

HOMILIA

2000-2001 – BUSCAR LAS RAÍCES
23 de septiembre de 2001


Título

(No se encuentra)

José Antonio Pagola

HOMILIA

1997-1998 – UN CAMINO DIFERENTE
20 de septiembre de 1998


PROGRESO

No podéis servir a Dios y al dinero.

El concepto de progreso que tan familiar resulta al hombre moderno es de origen relativamente reciente y ha nacido de la voluntad de emancipación y del avance de las ciencias en los últimos siglos. En otras épocas se ha vivido con la idea de estar anclados en un «eterno retorno» e incluso con la mirada puesta con añoranza en una «edad de oro» ya pasada.
Hoy tenemos la conciencia de estar viviendo en constante progreso. Cada generación edifica sobre los construido por las generaciones anteriores mejorando el pasado. Este progreso se toma como algo inexorable. Nada ni nadie podrá detenerlo. La Humanidad seguirá progresando indefinidamente hacia un futuro siempre mejor.
Naturalmente esta idea de un progreso irreversible es una creencia que no puede …

José Antonio Pagola

HOMILIA

1994-1995 – VIVIR DESPIERTOS
24 de septiembre de 1995


Título

(No se encuentra)

José Antonio Pagola

HOMILIA

1991-1992 – SIN PERDER LA DIRECCIÓN
20 de septiembre de 1992


CONSUMO, LUEGO EXISTO

No podéis servir a Dios y al dinero.

Probablemente, todavía no nos hemos percatado del profundo cambio socio-cultural que se ha producido entre nosotros, cuando grandes sectores de la sociedad han tenido acceso a un consumismo masivo.
En pocos años, la tecnología ha hecho posible la producción de toda clase de objetos, ingenios y aparatos. Pero, naturalmente, para poder venderlos, ha sido necesario estimular el apetito de los posibles compradores. Se han producido entonces dos hechos revolucionarios que van a configurar en adelante el estilo de vida del hombre contemporáneo.
Por una parte, se pone en marcha una publicidad cada vez más intensa y agresiva que acosa a las personas a lo largo de toda su vida, tratando de seducirlas con un mensaje muy sencillo: el ideal más deseable consiste en poseer cosas y disfrutarlas. Sin eso, la vida queda manca y sin …

José Antonio Pagola

HOMILIA

1988-1989 – CONSTRUIR SOBRE LA ROCA
24 de septiembre de 1989


CON DINERO PERO SIN FELICIDAD

No podéis servir a Dios y al dinero.

Para aprender a vivir de manera nueva, lo primero y más importante no es hacer grandes esfuerzos para cambiar nuestra vida. Lo verdaderamente decisivo es despertar y atrevemos a ver las cosas tal como son, dándoles su verdadero nombre.
Es sorprendente con qué sencillez desenmascara Jesús nuestras ilusiones y falsedades. Escuchemos sus palabras sobre el dinero: “No podéis servir a Dios y al dinero”
Nosotros creemos ingenuamente que nos servimos del dinero. Jesús nos habla de que servimos al dinero. Pensamos que somos dueños de nuestro dinero y no vemos que es el dinero nuestro dueño y señor. Creemos poseer las cosas y no nos damos cuenta de que las cosas nos poseen.
Nuestra sed de poseer y tener siempre más nace sencillamente de nuestra inseguridad...

José Antonio Pagola

HOMILIA

1985-1986 – BUENAS NOTICIAS
21 de septiembre de 1986


NO HAY DOLOR AJENO

No podéis servir a Dios y al dinero.

Teóricamente ya entendemos la radical incompatibilidad que denuncia Jesús, cuando nos grita: «No podéis servir a Dios y al dinero».
Sabemos que no puede uno, al mismo tiempo, vivir esclavo de su bienestar económico y escuchar sinceramente las exigencias de un Dios que es Padre predilecto de los más pobres y nos llama a estar cerca de los más necesitados.
Pero no nos sentimos demasiado interpelados. No creemos que estamos tan esclavizados por el dinero sino sencillamente que nos preocupamos de asegurar las necesidades más «normales» hoy en una familia.
Por otra parte, tampoco terminamos de creernos que la fe exija una constante y real solidaridad con los más abandonados. ¿No es suficiente «dar alguna ayuda» de vez en cuando?
La catástrofe que hemos vivido recientemente ha provocado …

José Antonio Pagola

HOMILIA

1982-1983 – APRENDER A VIVIR
18 de septiembre de 1983


COMPROMISO IMPOSIBLE

No podéis servir a Dios y al dinero.

El mensaje de Jesús obliga a un replanteamiento total de la vida. Quien escucha sinceramente el evangelio intuye que se le invita a comprender, de una manera radicalmente nueva, el sentido último de todo y la orientación decisiva de toda su conducta.
Es difícil permanecer indiferente ante la palabra de Jesús, al menos, si uno sigue creyendo en la posibilidad de ser más humano cada día. Difícil no sentir inquietud y hasta cierto malestar al escuchar palabras como las que hoy nos recuerda el texto evangélico: «No podéis servir a Dios y al dinero».
Y, sin embargo, se entiende bien el pensamiento de Jesús. Es imposible ser fiel a un Dios que es Padre de todos los hombres y vivir, al mismo tiempo, esclavo del dinero y del propio interés.
Sólo hay una manera de vivir como «hijo» de Dios…

José Antonio Pagola


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lunes, 6 de septiembre de 2010

12/09/2010 - 24º domingo del Tiempo ordinario (C)

Inicio ..... Ciclo A ..... Ciclo B ..... Ciclo C ..... Euskera

12 de septiembre de 2010

Homilias de José Antonio Pagola

24º Tiempo ordinario (C)


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EVANGELIO

Habrá alegría en el cielo por un pecador que se convierta.

Lectura del santo evangelio según san Lucas 15,1-32

En aquel tiempo, se acercaban a Jesús los publicanos y los pecadores a escucharlo. Y los fariseos y los letrados murmuraban entre ellos:
- Ése acoge a los pecadores y come con ellos.
Jesús les dijo esta parábola:
- Si uno de vosotros tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿no deja las noventa y nueve en el campo y va tras la descarriada, hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros, muy contento; y al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos para decirles:
«¡Felicitadme!, he encontrado la oveja que se me había perdido».
Os digo que así también habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta, que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse.
Y si una mujer tiene diez monedas y se le pierde una, ¿no enciende una lámpara y barre la casa y busca con cuidado, hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra, reúne a las vecinas para decirles:
«¡Felicitadme!, he encontrado la moneda que se me había perdido».
Os digo que la misma alegría habrá entre los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta.

[También les dijo:
- Un hombre tenía dos hijos; el menor de ellos dijo a su padre:
«Padre, dame la parte que me toca de la fortuna».
El padre les repartió los bienes.
No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, emigró a un país lejano, y allí derrochó su fortuna viviendo perdidamente.
Cuando lo había gastado todo, vino por aquella tierra un hambre terrible, y empezó él a pasar necesidad.
Fue entonces y tanto le insistió a un habitante de aquel país, que lo mandó a sus campos a guardar cerdos. Le entraban ganas de llenarse el estómago de las algarrobas que comían los cerdos; y nadie le daba de comer.
Recapacitando entonces se dijo:
«Cuántos jornaleros de mi padre tienen abundancia de pan, mientras yo aquí me muero de hambre. Me pondré en camino adonde está mi padre, y le diré: padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo: trátame como a uno de tus jornaleros».
Se puso en camino adonde estaba su padre. Cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se conmovió; y, echando a correr, se le echó al cuello y se puso a besarlo.
Su hijo le dijo:
«Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo».
Pero el padre dijo a sus criados:
«Sacad enseguida el mejor traje y vestidlo; ponedle un anillo en la mano y sandalias en los pies; traed el ternero cebado y matadlo; celebremos un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ha revivido, estaba perdido y lo hemos encontrado».
Y empezaron el banquete.
Su hijo mayor estaba en el campo.
Cuando al volver se acercaba a la casa, oyó la música y el baile, y, llamando a uno de los mozos, le preguntó qué pasaba.
Éste le contestó:
«Ha vuelto tu hermano; y tu padre ha matado el ternero cebado, porque lo ha recobrado con salud».
Él se indignó y se negaba a entrar; pero su padre salió e intentaba persuadirlo.
Y él replicó a su padre:
«Mira: en tantos años como te sirvo, sin desobedecer nunca una orden tuya, a mí nunca me has dado un cabrito para tener un banquete con mis amigos; y cuando ha venido ese hijo tuyo que se ha comido tus bienes con malas mujeres, le matas el ternero cebado».
El padre le dijo:
«Hijo, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo: deberías alegrarte, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido, estaba perdido y lo hemos encontrado».]


HOMILIA

2009-2010 -
12 de septiembre de 2010


UNA PARÁBOLA PARA NUESTROS DÍAS

En ninguna otra parábola ha querido Jesús hacernos penetrar tan profundamente en el misterio de Dios y en el misterio de la condición humana. Ninguna otra es tan actual para nosotros como ésta del "Padre bueno".
El hijo menor dice a su padre: «dame la parte que me toca de la herencia». Al reclamarla, está pidiendo de alguna manera la muerte de su padre. Quiere ser libre, romper ataduras. No será feliz hasta que su padre desaparezca. El padre accede a su deseo sin decir palabra: el hijo ha de elegir libremente su camino.
¿No es ésta la situación actual? Muchos quieren hoy verse libres de Dios, ser felices sin la presencia de un Padre eterno en su horizonte. Dios ha de desaparecer de la sociedad y de las conciencias. Y, lo mismo que en la parábola, el Padre guarda silencio. Dios no coacciona a nadie.
El hijo se marcha a «un país lejano». Necesita vivir en otro país, lejos de su padre y de su familia. El padre lo ve partir, pero no lo abandona; su corazón de padre lo acompaña; cada mañana lo estará esperando. La sociedad moderna se aleja más y más de Dios, de su autoridad, de su recuerdo... ¿No está Dios acompañándonos mientras lo vamos perdiendo de vista?...

José Antonio Pagola

HOMILIA

2006-2007 – HACERNOS DISCÍPULOS DE JESÚS
16 de septiembre de 2007

EL DIOS DE LOS PERDIDOS

Jesús buscaba sin duda la «conversión» de todo el pueblo de Israel. Nadie lo dudaba. Entonces, ¿por qué perdía el tiempo acogiendo a prostitutas y recaudadores, gente al fin y al cabo indeseable y pecadora? ¿Por qué se despreocupaba de los que vivían en el marco de la Alianza y se dedicaba tanto a un pequeño grupo de perdidos y perdidas?
Jesús respondió con varias parábolas. Quería meter en el corazón de todos algo que llevaba muy dentro. Los «perdidos» le pertenecen a Dios. Él los busca apasionadamente y, cuando los recupera, su alegría es incontenible. Todos tendríamos que alegrarnos con él.
En una de las parábolas habla de un «pastor insensato» que ha perdido una oveja. Aunque está perdida…

José Antonio Pagola

HOMILIA

2003-2004 – A QUIÉN IREMOS
12 de septiembre de 2004


LA MEJOR METÁFORA

Su padre lo vio y se conmovió.

Probablemente la parábola más conocida de Jesús y, tal vez, también la más desgastada es la llamada «parábola del hijo pródigo». Pero, ¿qué sintieron los que oyeron por vez primera esta parábola inolvidable sobre la bondad de un padre preocupado sólo por la felicidad de sus hijos?
Sin duda, desde el principio quedaron desconcertados. ¿Qué clase de padre era éste que no imponía su autoridad?, ¿cómo podía acceder a la desvergüenza de su hijo que le pedía repartir la herencia antes de morirse?, ¿cómo podía dividir su propiedad poniendo en peligro el futuro de la familia?, ¿cómo podía un padre perder así su dignidad?
Jesús los desconcertó todavía más cuando …

José Antonio Pagola

HOMILIA

2000-2001 – BUSCAR LAS RAÍCES
16 de septiembre de 2001


Título

(No se encuentra)

José Antonio Pagola

HOMILIA

1997-1998 – UN CAMINO DIFERENTE
13 de septiembre de 1998


SANEAR LO PROFUNDO

Estaba muerto, y ha revivido.

Cuando se habla del cristianismo se piensa casi siempre en una religión que se ofrece para salvar del pecado, es decir, del mal moral. Se olvida que los evangelios presentan a Jesús no sólo perdonando el pecado, sino liberando a las personas de un mal más complejo y profundo que les impide vivir de manera humana. Desde esta clave están escritos los relatos de expulsión de demonios y espíritus inmundos.
No debe, por tanto, extrañar que teólogos modernos se hagan hoy una pregunta: ¿Es la fe solamente estímulo y gracia para vencer el pecado o podemos encontrar en ella una fuerza capaz de curarnos de ese mal que, a veces, bloquea desde «lo profundo» a la persona?, ¿puede la fe sanear nuestras pulsiones, zonas oscuras, heridas y miedos, angustias y bloqueos? …

José Antonio Pagola

HOMILIA

1994-1995 – VIVIR DESPIERTOS
17 de septiembre de 1995


Título

(No se encuentra)

José Antonio Pagola

HOMILIA

1991-1992 – SIN PERDER LA DIRECCIÓN
13 de septiembre de 1992


CAMINOS

Este hijo mío estaba muerto y ha revivido.

Son cada vez más las personas que, habiendo abandonado la práctica religiosa tradicional, sienten sin embargo la nostalgia de Dios. Hay algo que desde lo más hondo de su ser les invita a buscar el Misterio último de la vida.
Desearían encontrarse con un Dios Amigo, verdadera fuente de vida y alegría. Pero, ¿dónde encontrar signos de su presencia? ¿Qué caminos seguir para iniciar su búsqueda? ¿Qué novedad introducir en una vida superficial tan alejada de cualquier experiencia religiosa?
El primer camino puede ser la naturaleza. A pesar de los estragos que se han cometido contra ella, el hombre puede vislumbrar todavía en el cosmos a su Creador. Ese universo que nos rodea, escenario fascinante donde …

José Antonio Pagola

HOMILIA

1988-1989 – CONSTRUIR SOBRE LA ROCA
17 de septiembre de 1989

AMOR INCONDICIONAL

Su padre lo vio y se conmovió.

La llamada “Sicología humanista” está haciendo en nuestros días un esfuerzo extraordinario por ayudar a las personas a crecer y realizarse de manera más plena y creativa.
Grandes sicólogos como A.H. Maslow, C. Rogers, H.S. Sullivan,
G. Allport... van trazando los caminos que el hombre o la mujer han de recorrer si desean vivir una vida más sana y feliz.
Leyendo sus estudios, es fácil observar que casi todos ellos hablan de una actitud básica para que la persona camine hacia su realización: la autoaceptación.
Tenemos que saber aceptarnos y amarnos a nosotros mismos con …

José Antonio Pagola

HOMILIA

1985-1986 – BUENAS NOTICIAS
14 de septiembre de 1986


¿DONDE ESTA DIOS?

El padre les repartió los bienes.

Jesús ha insistido, de muchas maneras, en la idea de que Dios es un Padre cuya bondad no llegamos los hombres a sospechar. Ha utilizado toda clase de gestos, parábolas y recursos para despertar en los hombres una confianza radical en Dios Padre.
Las parábolas que hoy escuchamos nos lo recuerdan de nuevo. Dios no puede «sufrir» que el hombre se pierda. Y su mayor alegría es la vida, la felicidad y plenitud de los hombres.
Pero, ¿es esto verdad? Probablemente, durante estos días de tragedia, han sido bastantes los creyentes a los que ha atormentado una pregunta inevitable en lo secreto de su corazón: ¿Dónde está ahora Dios?
¿Cómo puede Dios «respirar» tranquilo, mientras sus hijos se ahogan en el agua, el barro y la impotencia? …

José Antonio Pagola

HOMILIA

1982-1983 – APRENDER A VIVIR
11 de septiembre de 1983


NO ESTA TODO PERDIDO

He encontrado la oveja que se me había perdido.

No es difícil en la vida terminar con la sensación de estar perdido. Tarde o temprano, el desencanto, el fracaso, la decepción puede penetrar hasta el fondo de nuestro corazón.
Cuántos hombres y mujeres, jóvenes o adultos se sienten acabados, sin ilusión alguna. Perdidos. Solos.
Pero hay más. Son muchos los que secretamente se sienten roídos por el propio pecado. Con la sensación de haber cometido muchas equivocaciones y haber gastado las mejores energías de la vida al servicio de ideales muy ruines.
Como dice Edit Piaf en su extraordinario testamento, hay momentos en que …

José Antonio Pagola


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