lunes, 4 de octubre de 2010

10/10/2010 - 28º domingo Tiempo ordinario (C)

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10 de octubre de 2010

Homilias de José Antonio Pagola

28º Tiempo ordinario (C)


Para leer, completas, todas las homilias de José Antonio Pagola para este domingo haz "clic" sobre el título del domingo, o "cliclea" sobre Ciclo C en el menu superior.
Lee tambien el documento "La hora de los laicos".

EVANGELIO

Se echó por tierra a los pies de Jesús, dándole gracias.

Lectura del santo evangelio según san Lucas 17,11-19

Yendo Jesús camino de Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea. Cuando iba a entrar en un pueblo, vinieron a su encuentro diez leprosos, que se pararon a lo lejos y a gritos le decían:
- Jesús, maestro, ten compasión de nosotros.
Al verlos, les dijo:
- Id a presentaros a los sacerdotes.
Y, mientras iban de camino, quedaron limpios. Uno de ellos, viendo que estaba curado, se volvió alabando a Dios a grandes gritos y se echó por tierra a los pies de Jesús, dándole gracias.
Éste era un samaritano.
Jesús tomó la palabra y dijo:
- ¿No han quedado limpios los diez?; los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha vuelto más que este extranjero para dar gloria a Dios?
Y le dijo:
- Levántate, vete; tu fe te ha salvado.

HOMILIA

2009-2010 -
10 de octubre de 2010


CURACIÓN

El episodio es conocido. Jesús cura a diez leprosos enviándolos a los sacerdotes para que les autoricen a volver sanos a sus familias. El relato podía haber terminado aquí. Al evangelista, sin embargo, le interesa destacar la reacción de uno de ellos.
Una vez curados, los leprosos desaparecen de escena. Nada sabemos de ellos. Parece como si nada se hubiera producido en sus vidas. Sin embargo, uno de ellos «ve que está curado» y comprende que algo grande se le ha regalado: Dios está en el origen de aquella curación. Entusiasmado, vuelve «alabando a Dios a grandes gritos» y «dando gracias a Jesús».
Por lo general, los comentaristas interpretan su reacción en clave de agradecimiento: los nueve son unos desagradecidos; sólo el que ha vuelto sabe agradecer. Ciertamente es lo que parece sugerir el relato. Sin embargo, Jesús no habla de agradecimiento. Dice que el samaritano ha vuelto «para dar gloria a Dios». Y dar gloria a Dios es mucho más que decir gracias.
Dentro de la pequeña historia de cada persona, probada por enfermedades, dolencias y aflicciones, la curación es una experiencia privilegiada para dar gloria a Dios como Salvador de nuestro ser...

José Antonio Pagola

HOMILIA

2006-2007 – HACERNOS DISCÍPULOS DE JESÚS
14 de octubre de 2007


VOLVER A JESÚS DANDO GRACIAS

Los otros nueve, ¿dónde están?

Diez leprosos vienen al encuentro de Jesús. La ley les prohíbe entrar en contacto con él. Por eso, se paran a lo lejos y desde allí le piden la compasión que no encuentran en aquella sociedad que los margina: Ten compasión de nosotros.
Al verlos allí, lejos, solos y marginados, pidiendo un gesto de compasión, Jesús no espera a nada. Dios los quiere ver conviviendo con todos: Id a presentaros a los sacerdotes. Que los representantes de Dios os den autorización para volver a vuestros hogares. Mientras iban de camino quedaron limpios.
El relato podía haber terminado aquí. Pero al evangelista le interesa destacar la reacción de uno de ellos…

José Antonio Pagola

HOMILIA

2003-2004 – A QUIÉN IREMOS
10 de octubre de 2004


PARA SER HUMANOS

Vinieron a su encuentro diez leprosos.

No siempre somos conscientes, pero vivimos cautivos de una red invisible de barreras y prejuicios tan profundamente interiorizados e institucionalizados que forman parte de nuestro ser. Nos creemos libres, pero ellos nos dictan a quién amar y a quién rechazar, con quién andar y a quién evitar.
Cada uno habita en un «territorio» bien delimitado. Pertenece a una raza, es de un color y un sexo, tiene una patria, practica una religión. Y es tal nuestra necesidad de seguridad que es difícil no considerar al otro como inferior. Nos parece lo más natural: mi raza es superior a otras, mi patria más noble, mi religión más digna que otras creencias.
El sentido de pertenencia es necesario para crecer como personas, pero puede aprisionarnos dentro de unos muros de ignorancia mutua, rechazo, exclusión e insolidaridad…

José Antonio Pagola

HOMILIA

2000-2001 – BUSCAR LAS RAÍCES
14 de octubre de 2001


Título

(No se encuentra)

José Antonio Pagola

HOMILIA

1997-1998 – UN CAMINO DIFERENTE
11 de octubre de 1998


GRACIAS

Se volvió alabando a Dios.

Es una contradicción. Enseñamos a los niños a decir «gracias», al tiempo que les fabricamos un mundo donde apenas cabe esta palabra. Un mundo que funciona movido por el dinero, la obligación o el interés. Y es claro que, cuando todo se vende y se compra, queda poco sitio para la gratitud.
El mismo regalo se ha convertido muchas veces en «gesto social programado por los grandes almacenes donde se vende de todo menos gratuidad» (J.A. García-Monge). Los verdaderos regalos, pequeños o grandes, nacen siempre allí donde hay amor sincero entre las personas, más allá de lo establecido y de lo obligatorio.
No es extraño que en un mundo así «dar gracias» se haya convertido para bastantes en un mero signo de educación…

José Antonio Pagola

HOMILIA

1994-1995 – VIVIR DESPIERTOS
15 de octubre de 1995


Título

(No se encuentra)

José Antonio Pagola

HOMILIA

1991-1992 – SIN PERDER LA DIRECCIÓN
11 de octubre de 1992


AGRADECER

Se volvió alabando a Dios.

La gratitud es un sentimiento profundamente arraigado en el ser humano. Desde muy pequeños nos enseñan a dar gracias, pues el agradecimiento es la actitud más noble ante lo que vamos recibiendo en la vida. Pocas cosas hay más humillantes que llamar a alguien con verdad «desagradecido».
Y, sin embargo, son muchos los creyentes que no saben vivir de manera agradecida. Sólo se acuerdan de Dios para expresarle sus quejas o pedir su auxilio en momentos de necesidad. Nunca nace de ellos el agradecimiento o la alabanza por lo bueno que hay en sus vidas.
Para agradecer, lo primero es saber captar lo positivo de la vida. No dejar de asombrarnos ante tanto bien…

José Antonio Pagola

HOMILIA

1988-1989 – CONSTRUIR SOBRE LA ROCA
15 de octubre de 1989


¿MIEDO O ADMIRACION?

Se volvió alabando a Dios.

No es fácil describir los sentimientos y actitudes que pueden despertarse en nosotros cuando nos detenemos ante Dios. Pero, al menos, hay dos que condicionan de manera decisiva nuestra vivencia religiosa: el temor y la admiración.
Hay personas que ante Dios sienten, sobre todo, miedo. Dios se les presenta amenazador, temible y peligroso. Lo mejor que podemos hacer ante él es protegernos, actuar con cautela y precaución.
Este temor a Dios suscita una religión en la que lo importante es mantenerse puros ante él, no transgredir sus mandatos, expiar nuestras ofensas y cumplir estrictamente los deberes religiosos para sentirnos seguros ante sus posibles reacciones.
Hay creyentes, por el contrario, en los que Dios despierta, antes que nada, admiración. Lo perciben como alguien grande, fascinante, bueno. Se sienten atraídos por él, cautivados por su misterio y su grandeza…

José Antonio Pagola

HOMILIA

1985-1986 – BUENAS NOTICIAS
12 de octubre de 1986


UNA VIDA AGRADECIDA

…para dar gloria a Dios.

Con frecuencia, los cristianos nos hemos preocupado más de las exigencias éticas de la fe que de revitalizar nuestra relación gozosa con Dios.
Por otra parte, hemos insistido en el cumplimiento y la práctica religiosa, pero no hemos aprendido a celebrar con emoción a Dios como fuente amorosa de la vida.
No es extraño que nos vean un rostro poco entusiasta. Así escribe E. Tierno Galván: «En estos momentos, el agnosticismo parece el único camino para devolver al hombre la seguridad y el entusiasmo, frente a tantos millones de cristianos decepcionados, para los que Dios.., es tan sólo un juguete roto».
¿ No necesitamos los creyentes redescubrir a Dios como Dios y aprender a vivir gozosamente en acción de gracias al Creador?
Nuestro instinto religioso está tan atrofiado y es tan grande nuestro temor a una religiosidad alienante, que esta misma pregunta levantará sospechas en más de uno: ¿Qué puede aportar eso a la construcción de una sociedad mejor? ¿Para qué sirve alabar al Creador cuando hay tantas cosas que hacer?...

José Antonio Pagola

HOMILIA

1982-1983 – APRENDER A VIVIR
9 de octubre de de 1983


SABER AGRADECER

Se echó a los, pies de Jesús, dándole gracias.

Es frecuente que en momentos de crisis y de cambio socio-cultural profundo, los hombres tendamos a subrayar lo negativo y nefasto, al mismo tiempo que olvidamos lo que de positivo y bueno hay en la historia de los pueblos.
Cuando una sociedad vive una transformación profunda del modelo cultural anterior y una sustitución rápida por otro radicalmente diferente, se produce generalmente un fenómeno que entre nosotros es fácil de detectar.
Por una parte, las nuevas generaciones no creen en el pasado. El cambio provoca una revisión de todas las instituciones sociales, educativas y religiosas, y un replanteamiento de las ideas, estructuras y modelos de vida antiguos. Los valores del pasado sufren un derrumbamiento espectacular. Parece como si nuestros padres y abuelos no hayan sabido hacer casi nada realmente constructivo y válido.
Pero, al mismo tiempo, no pocos adultos sufren y se angustian ante el momento presente, porque están plenamente convencidos de que «su» época fue la mejor…

José Antonio Pagola


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