martes, 22 de junio de 2010

27/06/2010 - 13º domingo Tiempo ordinario (C)

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27 de junio de 2010

Homilias de José Antonio Pagola

13º domingo Tiempo ordinario (C)

Para leer, completas, todas las homilias de José Antonio Pagola para este domingo haz "clic" sobre el título del domingo, o "cliclea" sobre Ciclo C en el menu superior.

EVANGELIO

Lucas, 9, 51-62

Cuando se iba cumpliendo el tiempo de ser llevado al cielo, Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén. Y envió mensajeros por delante. De camino, entraron en una aldea de Samaria para prepararle alojamiento. Pero no lo recibieron, porque se dirigía a Jerusalén. Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le preguntaron: - Señor, ¿quieres que mandemos bajar fuego del cielo que acabe con ellos?
Él se volvió y les regañó. Y se marcharon a otra aldea.
Mientras iban de camino, le dijo uno: - Te seguiré adonde vayas.
Jesús le respondió: - Las zorras tienen madriguera, y los pájaros nido, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza.
A otro le dijo: - Sígueme.
Él respondió: - Déjame primero ir a enterrar a mi padre.
Le contestó: - Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el reino de Dios.
Otro le dijo: - Te seguiré, Señor. Pero déjame primero despedirme de mi familia.
Jesús le contestó: - El que echa mano al arado y sigue mirando atrás no vale para el reino de Dios.

HOMILIA

2009-2010 -
27 de junio de 2010

SIN INSTALARSE NI MIRAR ATRÁS

Seguir a Jesús es el corazón de la vida cristiana. Lo esencial. Nada hay más importante o decisivo. Precisamente por eso, Lucas describe tres pequeñas escenas para que las comunidades que lean su evangelio, tomen conciencia de que, a los ojos de Jesús, nada puede haber más urgente e inaplazable.
Jesús (…) No busca más seguidores, sino seguidores más comprometidos, que le sigan sin reservas, renunciando a falsas seguridades y asumiendo las rupturas necesarias. Sus palabras plantean en el fondo una sola cuestión: ¿qué relación queremos establecer con él quienes nos decimos seguidores suyos? (…)
Seguir a Jesús es "vivir de camino", sin instalarnos en el bienestar y sin buscar un falso refugio en la religión. (…)
No es posible seguir a Jesús mirando hacia atrás. No es posible abrir caminos al reino de Dios quedándonos en el pasado. Trabajar en el proyecto del Padre pide dedicación total, confianza en el futuro de Dios y audacia para caminar tras los pasos de Jesús.

José Antonio Pagola

HOMILIA

2006-2007 – HACERNOS DISCÍPULOS DE JESÚS
1 de julio de 2007


MOVERSE

Mientras iban de camino.

(…) Para seguir a Jesús, hay que olvidarse de otras obligaciones pues lo primero es «anunciar el reino de Dios». (…) el inmovilismo dentro de la Iglesia es una enfermedad mortal: mata la pasión por seguir a Jesús compartiendo su vida, su causa y su destino.
En la Iglesia vivimos con frecuencia distraídos por costumbres y obligaciones que provienen del pasado pero no ayudan hoy a generar vida evangélica. Hay pastores que se sienten como «muertos dedicados a enterrar muertos». Es el momento de volver a Jesús y buscar primero el reino de Dios. Sólo así nos colocaremos en la verdadera perspectiva para entender y vivir la fe cristiana como quería él.
Pero quienes miran sólo para atrás, no valen para el reino de Dios. Cuando se ahoga la creatividad, se mata la imaginación evangélica y se controla toda novedad como peligrosa, se está promoviendo una religión estática que impide el seguimiento vivo a Jesús. Es el momento de buscar una vez más «vino nuevo en odres nuevos». Lo pedía Jesús.

José Antonio Pagola

HOMILIA

1997-1998 – UN CAMINO DIFERENTE
Año 1998


¿HACIA DÓNDE?

Te seguiré a donde vayas

Es muy difícil que una persona haga el recorrido de su vida sin preguntarse nunca por el sentido de su existencia. (…) ¿de dónde vengo?, ¿a dónde voy?, ¿qué me espera?, ¿qué sentido tiene todo?
Estas preguntas pueden brotar en momentos de crisis y desgracia o en las horas de gozo más intenso. Le pueden sorprender durante el silencio de la noche o en el bullicio de una fiesta. Se las plantea el esposo feliz rodeado de su esposa e hijos, y el vagabundo que camina solitario por las calles. La mujer que sufre en la cama de un hospital y la que se broncea al sol en una playa de moda.
Tarde o temprano, el verdadero creyente se sitúa ante Cristo con este tipo de preguntas: ¿qué es para Jesús vivir?, ¿cómo entiende la vida?, ¿dónde está el secreto de su estilo de vivir? No lo hace para encontrar recetas con las que resolver problemas concretos de su vida, sino para orientar y dar sentido a su existencia entera. Es más tarde cuando, atraído por la vida de Jesús, dice convencido: «Te seguiré a donde vayas».

José Antonio Pagola

HOMILIA

1991-1992 – SIN PERDER LA DIRECCIÓN
Año 1992

Contra la violencia

Les regaño.

(…) Somos herederos de una larga tradición en la que la violencia ha jugado un papel decisivo. La historia que se nos ha enseñado es una historia de guerras. Desde niños se nos ha hecho creer que las armas son el único medio eficaz para lograr la victoria. (…)
La violencia engendra siempre un proceso deshumanizador que pervierte radicalmente las relaciones entre los hombres, introduce en la historia nuevas injusticias y obstaculiza de nuevo el camino hacia la reconciliación.
De ahí la necesidad de buscar alternativas eficaces a la violencia poniendo en práctica métodos y estrategias que fuercen a resolver los conflictos por las vías del diálogo, el acercamiento de posturas y el acuerdo.
La Iglesia ha de comprometerse decididamente por esta cultura de la no-violencia si quiere ser fiel a aquel Jesús que fustigó la típica reacción de violencia destructora de unos discípulos que pedían «fuego del cielo» para acabar con una aldea que no los había acogido.

José Antonio Pagola

HOMILIA

1988-1989 – CONSTRUIR SOBRE LA ROCA
Año 1989


LA NO-VIOLENCIA DE JESUS

Les regaño

(…) Muchas veces los cristianos no hemos sabido ver algo que M. Gandhi descubrió con gozo al leer el evangelio: la profunda convicción de Jesús de que sólo la no-violencia puede salvar a la humanidad.
Después de su encuentro con el evangelio, Gandhi escribía estas palabras: “Leyendo toda la historia de esta vida… me parece que el cristianismo está todavía por realizar… Mientras no hayamos arrancado de raíz la violencia de nuestra civilización, Cristo no ha nacido todavía”.
La vida entera de Jesús ha sido, desde el principio hasta el fin, una llamada a resolver los problemas de la humanidad por caminos no violentos. (…)
Tal vez, uno de los mayores pecados de las Iglesias actuales sea el no promover e impulsar con fuerza y convicción un movimiento de no violencia que vaya desarrollando una cultura diferente de la que están imponiendo hoy los profetas del armamentismo y el “equilibrio del terror”.

José Antonio Pagola

HOMILIA

1985-1986 – BUENAS NOTICIAS
Año 1986


HACERSE CRISTIANO

Sígueme

Ser cristiano no es tener fe sino irse haciendo creyente. (…)
Para no pocos, la vida cristiana se reduce más o menos a vivir una moral muy general que consiste sencillamente en «hacer el bien y evitar el mal». Eso es todo.
No han entendido que el seguimiento a Jesús es algo mucho más profundo y vivo, y de exigencias más concretas. Se trata de irnos abriendo dócilmente al Espíritu de Jesús para vivir como él vivió y pasar por donde él pasó. (…)
Ciertamente es arriesgado y exigente seguir a Jesús. No se puede servir a Dios y al dinero, no se puede echar mano al arado y volver la vista atrás, puede uno quedarse sin apoyo alguno donde reclinar su cabeza.
Pero es lo único que puede infundir verdadera alegría a nuestra vida. Cuando el creyente se esfuerza por seguir a Jesús día a día, va experimentando de manera creciente que sin ese "seguir a Jesús", su vida sería menos vida, más inerte, más vacía y más sin sentido.

José Antonio Pagola

HOMILIA

1982-1983 – APRENDER A VIVIR
Año 1983


UN CRISTIANO DE SEGUIMIENTO

Sígueme

(…) ¿Cómo ser cristiano hoy? Y naturalmente, la respuesta es la de siempre. Hay que volver a Jesús. (…)
Seguir a Jesús no significa huir hacia un pasado ya muerto (…)
(…) el seguir a Jesús implica también estar dispuesto a la conflictividad y a la cruz. Estar dispuesto a compartir su suerte. Aceptar libremente el riesgo de una vida crucificada como la suya, sabiendo que nos espera resurrección.
¿Ya no somos los cristianos de hoy capaces de escuchar la llamada siempre viva de Jesús: “Sígueme”?.

José Antonio Pagola

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